Por Juan Páez
Cuando la Major League Baseball y la Asociación de Peloteros acordaron implementar la figura del bateador designado en la Liga Nacional a partir de esta temporada de las Grandes Ligas, se tomó como una buena noticia para dos cubanos en un mismo equipo. Rusney Castillo y Yadiel Hernández, en principio, se vieron beneficiados por la nueva regla. Sin embargo, la alegría no duró demasiado, pues los Nacionales de Washington firmaron el domingo a Nelson Cruz para ocupar ese rol en 2022.
En teoría, tanto Castillo como Hernández habrían tenido mayores oportunidades en el equipo grande, sobre todo si hablamos del segundo de ellos. Yadiel dejó una buena impresión en 2021 y estaba en camino a ver buena cantidad de chances alternándose entre el jardín izquierdo y el papel de bateador designado. Sin embargo, la llegada de Cruz tapa por completo ese puesto y solo le queda una ventana clara para ver tiempo de juego, el jardín izquierdo.
A estas alturas, es altamente probable que Hernández se convierta, al menos de entrada, en el cuarto jardinero del equipo capitalino si batea más y cubre mejor que el también outfielder Lane Thomas, posible titular, y que el hombre de banca Andrew Stevenson. Hernández viene de batear para .273 de promedio, con .742 de OPS, además de 18 extrabases y 32 carreras producidas en 112 juegos totales.
Lo que parece casi un hecho es que, sin importar la pretemporada que tenga Castillo, este no comenzará la campaña 2022 en las Mayores. Por el contrario, podría concretar su regreso al sistema de Major League Baseball viendo acción, quizás, en Triple A, la categoría donde mayormente se mantuvo durante su polémico contrato con los Medias Rojas de Boston.
De todos modos, el horizonte de Castillo no era tan claro como el de Yadiel. Luego de un año discreto en el Béisbol Profesional Nipón, Rusney consiguió una nueva oportunidad con los Nacionales, al firmar un contrato de Ligas Menores. En el mejor de los casos, y antes de la llegada de Cruz al roster capitalino, habría podido colarse en el roster de Opening Day si hubiese tenido una gran actuación en el Spring Training. Lo negativo es que tal posibilidad parece nula, tras la adición del poderoso bateador designado.
Cruz, de 41 años de edad, tiene más que credenciales para poner en riesgo la frecuencia con la que pudiesen actuar ambos cubanos. De hecho, es el único bateador en las Grandes Ligas con al menos 400 jonrones (427 en total) desde la temporada del 2009. El segundo en la lista es Albert Pujols, quien mira de lejos a su compatriota con 360 estacazos de vuelta completa.
Tal ha sido el arrebato jonronero de Cruz que este suma siete campañas consecutivas de al menos 32 vuelacercas (con excepción del 2020, debido a que la campaña fue de 60 juegos en su ronda regular), algo que en estas épocas es muy atípico para jugadores de edad avanzada.
Tanto para Castillo como para Hernández, lo que queda es aprovechar el tiempo y las oportunidades.