Por: Antonio Palma Enseñat
Este miércoles se jugaba el segundo duelo del derbi de la Florida donde los Miami Marlins visitaban a los Tampa Bay Rays en el Tropicana Field de la ciudad de San Petersburgo.
El desafío marchaba tranquilo para el derecho de Tampa Drew Rasmussen, quien había permitido solo un imparable a la tanda miamense en tres innings. Pero en la parte alta del cuarto capítulo se equivocó con uno de los bateadores de más poder en todo el béisbol de las Grandes Ligas.
El slugger cubano Jorge Soler aprovechó una recta cortada bajita a 92 mph para desaparecer la pelota por todo el medio del estadio. Como es ya costumbre en los batazos del “Crudo”, la esférica blanca viajó más de 400 pies, exactamente 425 y salió disparada a 110 mph. Semejante cañonazo, como es lógico, hubiera sido cuadrangular en los 30 estadios de la MLB.
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El batazo, aunque no encontró a ningún compañero en circulación, sirvió para prender la chispa, pues los peces lograron anotar dos carreras más para pegarse en la pizarra 5×3.
El habanero se confirma como uno de los bateadores que más duro le está dando a la pelota esta temporada y ahora ya tiene nueve batazos de vuelta completa, de los cuales ocho han rebasado los 400 pies de distancia. Además, fue su estacazo número 130 desde que debutó en 2014 en las Grandes Ligas de béisbol estadounidense. Por otra parte, empujó su 22da carrera desde que viste el uniforme de los Marlins y la 365 de por vida.
Jorge Soler le está dando la razón a los que decidieron apostar por su talento durante la agencia libre y lo contrataron como uno de los poquísimos cubanos que han jugado para el equipo del sur de la Florida en los últimos tiempos.
Sin más disfrute el cañonazo de Jorge Soler.