Por Franco Miguel Alvariño
En ocasiones, el ser humano necesita ser llevado al límite para conocer sus verdaderas capacidades. Quizás, es el destino quien nos pone en el lugar correcto, a la hora correcta y es quien mueve los hilos de la realidad. Eso sucedió esta noche en la victoria 8×0 de los Chicago White Sox sobre los Indios de Cleveland.
Carlos Rodón, cubano-americano -por cierto-, no había salido del montículo de Chicago en todo el juego, pero no solo estaba a punto de lanzar el choque completo, sino que estaba a tres outs de conseguir el anhelo de todo pícher: lanzar un partido sin permitir hits ni carreras.
José Dariel Abreu lo sabía, cuando abrió la entrada en su cabeza estaba la posibilidad de facturar el último out y partir a celebrar la hazaña -toda una maravilla que solo ocurre en raras ocasiones-. “Pito” pestañó en el momento que el jardinero de los Indios, Josh Naylor, abanicaba como podía para poner la pelota en juego e intentar llegar safe a la inicial.
Fue en ese instante mágico que el MVP 2020 de la Liga Americana demostró por qué mereció tal condición y partió en busca de la pelota. Naylor estaba decidido a llegar de todas todas, pero no contó con la casta del señor Abreu, quien se abalanzó sobre la primera almohadilla estirando su pierna derecha y con ello dejar fuera al bateador/corredor. Out la jugada, ratificada incluso por la revisión del video. Todavía el no-hitter estaba en pie.
Roberto Pérez receptor del Cleveland, entró a empuñar, pero un lanzamiento desviado golpeó su fisonomía y lo envió por la vía del dolor a la inicial, se había perdido el juego perfecto, pero la gloria solo quedaba a dos outs de pertenecer a Rodón. En definitiva, ni Yu Chang ni Jordan Luplow marcaron la diferencia al ser retirados también. Carlos Rodón, con sangre cubana en sus venas, había conseguido no hit, no run.