Por Juan Páez
Este lunes, José Abreu acordó unirse a los Astros de Houston a un contrato por tres temporadas y 58.5 millones de dólares. Con ese pacto, se convierte en el sucesor de su compatriota Yulieski Gurriel en la primera base del conjunto sideral y en piedra angular de ese lineup junto con el también cubano Yordan Álvarez. En Abreu, Houston consigue a un hombre de casi 36 años que parece aún estar lejos del declive.
La incorporación de Abreu, que finaliza una etapa de nueve años con los Medias Blancas de Chicago, también termina una era: tras siete temporadas disputadas con los Astros y luego de ganar dos veces la Serie Mundial, es altamente probable que Gurriel no vuelva a uniformarse con el equipo dirigido por Dusty Baker. Su muy discreto accionar en la ronda regular 2022 seguramente influyó en que la organización se inclinara por Pito.
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Los Astros esperan que la llegada de Pito al Minute Maid Park no haga extrañar los mejores tiempos ofensivos del Yuli. Al final del día, Abreu debería representar una mejoría en cuanto a producción de carreras y a la frecuencia de batazos de poder. Aunque el ganador del premio al Jugador Más Valioso en 2020 solo dio 15 jonrones este año, este tiene cinco campañas de 30+ cuadrangulares en su hoja de vida en las Grandes Ligas.
Ambas partes se caen a sí mismas como anillo al dedo. Por un lado, Abreu se irá al vigente campeón de la Serie Mundial, un equipo que debería repetir su éxito en postemporada. Su buena alineación debería darle una buena cantidad de oportunidades para remolcar carreras y mantener el estatus de grúa que ha forjado a lo largo de su trayectoria.
Por el otro lado, el cienfueguero debería cubrir la debilidad de los siderales en el primer cojín, pues quienes jugaron primera base en 2022 (mayormente Gurriel) dejaron para los Astros un OPS de .656, el sexto peor en las Mayores y un sacrilegio en la posición más ofensiva de todo el béisbol.
Gurriel salió de Houston con la frente en alto pese a una temporada bien difícil en lo individual. Por suerte, pudo redimirse en la postemporada, gracias a una buena actuación, y ayudar a los Astros a conseguir la Serie Mundial frente a los Filis de Filadelfia. Lo bueno es que su salida le da paso a otro hombre nacido en Cuba y que la primera base seguirá teniendo titularidad cubana en Houston.
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Con esta transacción, gana Houston y gana Abreu, quien tendrá la oportunidad de tener un papel protagónico en uno de los equipos más dominantes de los últimos años. Seguramente, podrá luchar por conseguir su primer anillo de campeón en la Gran Carpa. Falta que gane Gurriel con un contrato que le permita darle continuidad a su paso por el big show con alguna otra organización. Puede ser cuestión de tiempo para eso.
