Por Alexander García
Lo de Pito Abreu en las Grandes Ligas es de otra galaxia y no se trata de meras afirmaciones, sino de validar la magnitud de sus resultados en el mejor béisbol del mundo.
Hace rato que lo del cienfueguero es para guardar en los libros y no hablo de que José Dariel está en el top 5 de los latinos, sino en el top 5 general, entre los mejores, señores, y sus siete años en la Gran Carpa así lo dicen.
Más allá de su contrato inicial de 68 millones de dólares por seis años, si en su primera temporada sumó números no solo para ser el novato del año en la Liga Americana, sino para el premio al más valioso, hoy, en 2020, con temporada recortada y todo, con matices diferentes, Abreu refrenda su valía como lo que más brilla del talento cubano en los diamantes de Estados Unidos.
Si hace poco más de una semana, tuvo una bateo para más de 500, dio siete jonrones e impulsó más de 10 carreras, los números que el cienfueguero suma en este momento: 329 de average, 19 jonrones y 57 empujadas, lo convierten sin especulaciones en fuerte candidato a pelear, al menos, el MVP de la Liga Americana.
Como siempre, Abreu comenzó a media máquina, pero ya para el juego 30 estaba en modo on fire, intratable, tirando del carro a los Medias Blancas, siendo la cara, el hombre orquesta de la armada cubana en la ciudad de los vientos; Pito es muy grande, no solo de tamaño, se tira hacia su derecha, fildea junto en el hueco, también la atrapa junto a la raya, da clases de excelente defensa, se vuelve puntal en todo.
A sus 33 años el cubano está en la cúspide de su carrera: renovó contrato con los White Sox y se apresta a seguir inmortalizando su leyenda en las Grandes Ligas. Con él todo es posible: sobrepasar los 2000 hits, buscar los 300 jonrones, hacer historia y firmar con su puño y letra el boleto de entrada a Cooperstown.
Si hoy los Medias Blancas de Chicago vuelven a estar en playoff y tienen la posibilidad de regresar a la élite de la pelota en Grandes Ligas, es gracias a José Dariel Abreu, un pelotero que con creces ha magnificado en esta franquicia la estampa del mítico Orestes Miñoso.
Nos vemos a la vuelta.