Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi)
El lanzador cubano José Fernández fue uno de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas hasta que perdiera la vida en aquel fatal accidente el 25 de septiembre de 2016. Apenas contaba con 24 años de edad.
Desde que Fernández debutó en las mayores el 7 de abril de 2013 con los Marlins, exhibió grandes credenciales. Ese día el derecho de tan solo 20 años de edad le recetó ocho ponches en cinco entradas completas a los Mets. Además, otorgó un boleto, permitió tres hits y una carrera (limpia). Desde entonces fue imparable desde el montículo, convirtiéndose en un pitcher sumamente dominante.
Basta con decir que Fernández posee el tercer promedio de carreras limpias más bajo de Las Mayores desde el año 2000 hasta el presente. Su efectividad de 2.58 solamente es superada por los 2.48 de Clayton Kershaw y los 2.52 de Jacob deGrom. Apareció por delante de otros lanzadores estelares como Alek Manoah (2.60), y Julio Urías (2.82). Igualmente, superó a Mike Soroka (2.86), Shane McClanahan (2.92), Kwang-Hyun Kim (2.97), Pedro Martínez (3.01) y Walker Buehler (3.02).
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José Fernández fue Novato del Año en la Liga Nacional en su primera campaña como ligamayorista al registrar marca de 12-6, efectividad de 2.19 y un WHIP de 0.979. Los rivales le batearon para un anémico .182 de promedio. Aparte de esto, lideró el viejo circuito con la menor cantidad de hits permitidos por cada nueve entradas lanzadas (5.8).
El Delfi nació en Santa Clara, Cuba, y luego se stabledió en Miami Beach, Florida. Fue el pitcher con el tercer promedio más bajo de hits por cada nueve innings de labor en el período que lanzó en MLB (2013-2016. Fernández toleró nada más que 6.8 imparables por nueve entradas. Kershaw y Jake Arrieta fueron los únicos que lo superaron en este renglón, con 6.2 y 6.3, respectivamente.
Fernández también fue el segundo con mayor promedio de abanicados por 9 IP. Retiró por esa vía a 11.2 bateadores contrarios. El nipón Yu Darvish fue el primero con 11.7. El cubano hubiera hecho historia en Las Mayores, tenía todas condiciones para seguir acumulando números impresionantes en su carrera. Fue una gran pérdida para los amantes del béisbol, era muy gratificante verlo lanzar.
