Gian Franco Gil / @Gian_Gil98
En el tercer juego de la Serie Divisional entre los Medias Blancas de Chicago y los Astros de Houston hubo una acción, que muy rara vez ocurre en la temporada regular, pero en los playoffs los equipos juegan al límite. Dicha jugada tuvo como implicados directos a varios cubanos.
La noche del domingo, 10 de octubre, pudo ser decisiva. Una victoria de los “Siderales” los colocaba en la discusión por el banderín de la Liga Americana. El “Guaranteed Rate Field” lució sus mejores galas. La “Ciudad de los Vientos” se movilizó. La noche en Chicago se detuvo. Toda la atención giraba alrededor del equipo de Tony La Russa.
El choque no rompió los esquemas de la postemporada. Fue un desafío tenso, con ambos equipos –con objetivos distintos- buscando la victoria, sin importar lo que sucediera en el terreno. Durante el primer tercio nada parecía claro. Las dos escuadras generaron oportunidades y llegaron a la parte baja del cuarto capítulo con el marcador igualado a seis carreras.
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Entonces, ni el estelar Zack Greinke logró contener la pertinaz sed de victoria del equipo local. Justo antes de que el as de los texanos escalara al montículo, José Dariel Abreu rompió el abrazo en la pizarra con indiscutible al centro del terreno. Tras esa conexión, las estrategias comenzaron a fallar para el conjunto forastero.
Yasmani Grandal fue el primer bateador que enfrentó Greinke. El máscara de los patipálidos encontró par de compatriotas en circulación. Luis Robert en la antesala y “Pito” Abreu en la inicial. El serpentinero, rápidamente, marcó el primer strike. Luego, envió un cambio hacia el plato al que Grandal golpeó en dirección de la primera almohadilla.
En cuestiones de segundos ocurrió la jugada que desconcertó a los millones de espectadores que tuvo el enfrentamiento. En otras circunstancias, seguramente no hubiese sucedido. En un juego sin otro tipo de connotación Luis Robert no arriesgaría el físico para llegar de manos y anotar una carrera. Tal vez, en otro choque, el inicialista intentaría conseguir el primer out de la entrada con el bateador-corredor, pero en octubre todo es distinto.
El batazo de Grandal salió lentó, golpeó en el césped y se elevó hasta que cayó en el guante de Yulieski Gurriel. La “Piña”, que atacó la bola desde el inicio, siempre tuvo claro que intentaría eliminar el corredor más adelantado. El Yuli soltó la bola rápidamente hacia el receptor, con tan mala suerte que la esférica en su recorrido encontró el brazo izquierdo de Yasmani y se desvió.
De esa forma estalló la confusión. Los jugadores de Houston –en pleno- salieron a reclamar la supuesta “infracción” cometida por el bateador. Tras observar la cámara lenta, se pudo apreciar una ligera inclinación de Grandal hacia el pasto, abandonando la zona de tierra por la que debía realizar su recorrido hasta el primer cojín.
La reclamación fue colegiada por los jueces que intervinieron en el encuentro, dejando un veredicto favorable al equipo que se encontraba a la ofensiva. Con la jugada, Abreu avanzó hasta la antesala y el bateador-corredor quedó con vida en la primera almohadilla, oficialmente por una jugada de selección y posterior error del defensor cubano.
En ese inning, los de casa fabricaron otra carrera y en la conclusión del octavo episodio tres más, para dejar un marcador un final de 12×6. En tanto, el playoff quedó 2-1, favorable a los Astros y continuarán este lunes en horas de la tarde.