Por William Roque
En el Citi Field de Queens, los locales New York Mets recibieron a sus archirrivales de Atlanta Braves en duelo entre los líderes de la División Este de la Liga Nacional.
En lo que representa el primer enfrentamiento particular de la presente temporada, los Bravos llegaron al encuentro con tres juegos de ventaja sobre sus rivales de New York. Max Fried subió a la colina de los martirios por la visita, mientras que el zurdo David Peterson hizo lo propio por los dueños de casa.
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Cuando el árbitro principal dio la voz de «play ball» el venezolano Ronald Acuña Jr. entró al cajón de bateo como primer madero y líder de las huestes de Atlanta. Antes de iniciar el choque el jardinero compilaba una excelente línea ofensiva de AVG 352/ OBP 443/ SLG 552/ OPS 995/ con 13 carreras impulsadas y 13 bases robadas en 15 intentos.
Ante un bateador de semejantes credenciales es lógico que los lanzadores intenten ponerse arriba en el conteo para lanzar con más comodidad. Fue justo lo que hizo David Peterson y casi tiene que lamentarlo.
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Peterson inició el juego con una recta de 93 millas por hora justo al centro de la zona de strike, como era de esperar Acuña Jr. aprovechó este envío y haló para su mano con una potencia descomunal. La pelota salió como un rayo en dirección a las paradas cortas con intenciones de llegar al jardín izquierdo, sin embargo allí la esperaba el dos veces Guante de Oro, Francisco Lindor.
Con un movimiento felino hacia su derecha, rodilla en tierra y el guante de revés a la altura de la grama, Francisco Lindor realizó una espectacular y elegante atrapada, propia de todo un Golden Glove llevándose la bola de aire y retirando sin asistencia al toletero vinotinto.
Sin dudas en Lindor los Mets tienen un seguro de vida y la garantía de contar con un estelar defendiendo su campo corto durante mucho tiempo.
Te dejo la jugada…
