Por Swing Completo
Antes fue Pinar del Río y ahora la provincia espirituana es la que ha asumido el doloroso protagonismo de peloteros que han muerto a consecuencia de una enfermedad que todavía está lejos de quedar derrotada por la humanidad.
Apenas dos semanas después del fallecimiento de Yoanni Delgado, hijo de José Raúl y familia directa de los Gurriel, este miércoles 13 de octubre no pudo finalmente con el virus otro joven exreceptor yayabero: Obel Porras.
Al igual que Delgado tuvo un paso muy destacado por las categorías menores y también logró participar en un campeonato mundial en la categoría junior, luego de incluirse en la nómina que asistió y ganó el certamen efectuado en Canadá en el año 1994.
Lamentablemente para él su talento quedó frenado rápidamente tras salir de la edad juvenil. El mayor ímpetu de Eriel Sánchez y el no aprovechar las oportunidades recibidas lo hizo jugar apenas tres Series Nacionales y después del año 2000 su participación dentro del béisbol se concretó al ámbito provincial.
Natural de Cabaiguán, Porras murió con apenas 45 años de edad, según nos comentó el colega Yasel Porto, quien a su vez había recibido varios mensajes de aficionados con la información y el pesar de esta desgracia.
Luego tuvimos comunicación con la hija de la víctima, Ana Grabiela Porras, quien nos confirmó la lamentable noticia aportándonos otros elementos a fin con el tema, como el hecho de que el exceso de peso y grasa pudo haber tenido que ver en el desenlace, pues por falta de medicamentos no fue, ni tampoco por fallos en las atenciones del hospital provincial de Sancti Spíritus, según nos dijo ella.
En las fotos de su perfil de Facebook se puede apreciar que Obel era algo obeso, uno de los factores de riesgo cuando se tiene el virus por otro tipo de afectaciones dentro del organismo, y no importa que se esté vacunado como era su caso, la puerta de las complicaciones no se cierra completamente.
Su participación en los clásicos cubanos la inició en 1997-98 con apenas dos turnos fallidos y al año siguiente tampoco se pudo apuntar indiscutibles en diez veces oficiales. Su labor más amplia y feliz se suscitó en su tercera y última temporada, la 1999-2000, con 9 imparables, un doblete y ocho remolques, pero con un discreto average de 209. La llegada de jugadores como Reinier Yero y Yoanni Delgado lo marginaron definitivamente del roster definitivo de los Gallos iniciada la primera década del nuevo siglo.
En ese tiempo se convirtió en uno de los jugadores de mayor aporte para la causa de los petroleros cabaiguanenses, equipo de enorme tradición dentro de la provincia de Sancti Spíritus.
Con respecto a su labor en el certamen del orbe para menores de 18 años en la ciudad canadiense de Brandon, la titularidad de la posición fue la mayor parte del tiempo para uno que sí llegaría bastante lejos, Osvaldo Arias. Porras solo pudo batear en seis oportunidades acreditándose para de indiscutibles dentro de una justa que trascendió para Cuba por el decepcionante resultado de la selección (4-5) y por ser el primer torneo en categorías menores donde desertaron peloteros (los futuros big leaguers Michael Tejera y Hansel Izquierdo).
Al momento de publicar esta nota se desconocía que alguien medio de prensa, oficialista o no, se haya hecho eco del deceso de Obel incentivado casi seguro por no tratarse de un jugador renombrado.
De todos modos no solo lo creemos importante por sumarse al listado ya amplio de peloteros y entrenadores de Serie Nacional que han sido golpeados mortalmente por la pandemia, sino por tratarse sobre todo de la vida de un ser humano que ahora mismo está llorando su familia y los múltiples amigos del béisbol y en general que se podían apreciar a través de sus espacios públicos.
Swing Completo se une al dolor de todos los que sienten esta novedad, parientes, amigos y colegas de Obel Porras. EPD.