Por Swing Completo / contacto@swingcompleto.com
Cuando parecía que el psicológico Jorge Silé sería el último integrante de la selección cubana al torneo preolímpico de béisbol que se quedó en Florida y decidió así no volver a la Isla, hace unos instantes recibimos una noticia que podría adicionar un tercero a ese listado que inició el intermedista César Prieto.
Se trata del lanzador granmense Lázaro Blanco, considerado el mejor lanzador cubano de los últimos tiempos, según nos aseguró uno de los jugadores que actualmente cumplen su cuarentena en Varadero después de asistir a la justa floridana.
Mientras regresaban a Cuba casi todos los integrantes de la escuadra cubana, a excepción de los que intervienen en Japón y México, Blanco y el también serpentinero Carlos Juan Viera se disponían a viajar hacia el país azteca para integrarse a la liga profesional de ese país.
Viera dejó de ver a Blanco repentinamente, y éste último le comunicó a uno de los responsables del vuelo hacia la ciudad de Saltillo que no haría el viaje definitivamente, que se quedaría en la ciudad de Miami.
Hasta el momento de la salida al aire de esta nota ningún pelotero ha podido contactar con Blanco, incluso nosotros tampoco tuvimos suerte a la hora de comunicarnos con él. Fue a través de Viera que los miembros de la selección de la Isla que cumplen con el protocolo de cuarentena en Varadero conocieron de la desaparición de Blanco.
A diferencia de todas las situaciones de este tipo, deserciones de equipos deportivos como tal, en este caso no se podría considerar como tal mientras no expire su visa de entrada a territorio estadounidense dentro de tres meses, o que antes el propio lanzador declare públicamente que no regresará a Cuba.
Habría que ver al mismo tiempo cómo es catalogado el caso de Blanco para las autoridades cubanas, porque si bien en teoría él tendría hasta dos años para no perder la residencia cubana, mientras le llega la norteamericana, su situación es totalmente atípica a lo que se ha visto siempre, incluyendo lo sucedido con César Prieto y el psicólogo.
Lo más probable es que si Lázaro Blanco reconoce su desinterés de volver a Cuba entrará en el mismo estatus del resto de los que entran en la categoría de desertores, por haberse “beneficiado” de un pasaporte oficial cubano para finalmente no retornar a la Isla en el tiempo requerido. Es algo bastante parecido a lo que sucedió con José Adolis García y Héctor Mendoza, que cuando volvieron de su participación en la pelota japonesa decidieron desviar su rumbo hacia Cuba y radicarse temporalmente en República Dominicana en busca de un contrato para las Grandes Ligas de Estados Unidos.
No obstante, el tres veces campeón nacional con los Alazanes es un caso totalmente único, pues si bien es cierto él se iba para cumplir un contrato en otro país sin tener que virar a Cuba junto al equipo, las circunstancias en que todo parece haberse producido, más su rango como líder del pitcheo cubano en la actualidad, pueden hacer trascender más su caso negativamente y extender el reencuentro con su familia, en la que se incluyen tres niños, entre ellos una bebé.
Blanco fue el abridor del juego inicial del torneo preolímpico en el que se vio mal frente a la selección de Venezuela, muy lejos del nivel que lo convirtió en el as de la rotación del conjunto cubana. Anteriormente él había lanzador en otros países de manera individual, y no fue hasta ahora que parece haber tomado el camino de la emigración. A sus 35 años queda claro que hay una intención más socio-económica que deportiva en el paso que acaba de dar.