Luces y sombras del team Cuba que no pudo ganar Panamericano Sub-23

Por Pablo Pichardo Verdaderamente, el team Cuba Sub-23, dirigido por Eriel Sánchez, merece una gran ovación por, al menos, hacernos soñar con el tan esperado título internacional del béisbol que no llega. Los cubanos arrasaron con marca de 5-0 en la primera ronda y abrieron la Súper Ronda con un contundente éxito contra Venezuela, donde […]

Por Pablo Pichardo

Verdaderamente, el team Cuba Sub-23, dirigido por Eriel Sánchez, merece una gran ovación por, al menos, hacernos soñar con el tan esperado título internacional del béisbol que no llega.

Los cubanos arrasaron con marca de 5-0 en la primera ronda y abrieron la Súper Ronda con un contundente éxito contra Venezuela, donde Yosimar Cousín se lució lanzando una blanqueada. Sin embargo, en cada torneo, como ha ocurrido hace años cuando enfrentamos a Japón y Holanda en los Clásicos Mundiales o Korea, durante las últimas citas del Premier-12, otro equipo se interpuso en el camino del team antillano.

¿Quién esta vez? ¡Nicaragua! La fortaleza de los “pinoleros” fue una maquinaria que Cuba no pudo atravesar, sobre todo el pitcheo que mostraron colgándole un cero tras otro en el parque Dennis Martínez de Managua.

Entonces, los “nicas”, que han ganado terreno durante los últimos años en el mismo escenario internacional donde Cuba lo ha ido perdiendo —aunque intenta recuperarse y este equipo lo demostró—, sentenciaron a la nave que dirigió el ex cátcher del team Cuba, el espirituano campeón nacional del Sub-23 en 2019, Eriel Sánchez.

Los “pinoleros” se colaron por el hueco que los demás rivales no supieron aprovechar contra Cuba, para hundirle el bote a la selección de las “cuatro letras”: La ofensiva. En dos partidos, su dominio fue tan grande que los nicaragüenses terminaron tirándole 14 ceros consecutivos a Cuba, supremacía que expuso todas las fisuras del lineup cubano.

Al final se clasificó para el Mundial de la categoría en octubre próximo. Sin embargo, el sabor que dejó este equipo cubano, que alegró en pocos días a la fanaticada deseosa de disfrutar victorias en el béisbol, también dejó algunos puntos oscuros… dudas…

Aquí están las luces y sombras que nos dejó el team cubano tras perder el título, cayendo por segunda ocasión consecutiva contra Nicaragua con marcadores de 6-0 y 1-0, par de descalabros que se inscribieron de manera honorable en la historia de los “pinoleros”:

Luces: El pitcheo cubano fue sensacional. Lanzaron para menos de 1.00 de efectividad en sus primeros seis partidos y, al final, lucharon a ceros dejando al campeón Nicaragua en una carrera. Las actuaciones de Yosimar Cousín, Brayan Chi, Yankiel Maury y Pablo Luis Guillén fueron fenomenales, al punto de llegar a la Súper Ronda sin lanzar bases por bolas.

Guillén se apuntó un “No-hitter”. Chi, lanzó un Perfect Game ante Colombia hasta el sexto capítulo. Cousín, ponchó a seis de la selección “Vinotinto” venezolana y, Maury, demostró estar al nivel de la élite con un pitcheo dominante contra el difícil elenco campeón. Con ese staff y una mejor ofensiva, Cuba podría luchar en el Mundial.

Sombras: Señores, ¿hasta cuándo van a engañar a la afición con que el que esté bien en un determinado entrenamiento es el que va al equipo? Ese engañoso concepto, deja mucho que desear en situaciones como estas: La falta de poder en el torneo demostró que el tunero Denis Peña debió ser parte de esa selección. Peña, bateador derecho de poder demostrado y con proyecciones en el béisbol cubano, fue dejado fuera sin explicación coherente hasta este instante. Con el respeto de Eriel, aun cuando Denis bateó de 8-1 en los topes de preparación, cabía fácilmente en un equipo sin proyecciones de poder.

El propio Eriel lo dejó saber en una entrevista con Prensa Latina, que la ofensiva sería su principal incógnita… Entonces, ¿cómo dejan a Peña, el único bateador de ese team con 12 jonrones y 60 empujadas en las últimas dos Series Nacionales? Rodoleisis Moreno se ganó su puesto, pero el titular ahí en la antesala era Peña, quien habría desaparecido al menos una pelota en Honduras o Nicaragua. ¡Al menos una!

Luces: La defensa de Cuba fue genial. Incluso, Eriel Sánchez se dio el lujo de utilizar a dos torpederos, Rangel Ramos y César Prieto, y la versatilidad de los cubanos demostró habilidades y talento.

El villaclareño Juan Carlos López se coló a última hora como titular de la intermedia y trabajó bien en la combinación de doble play. También resultó bastante loable el trabajo del cátcher matancero Andrys Pérez, de quien se habló poco, pero condujo de maravillas el pitcheo.

Sombras: Ojo, mucho cuidado con el “regionalismo”. De alguna manera, ese mal que ha aquejado al béisbol cubano por años, se vio demasiado evidenciado en este roster del Sub-23 donde no había prácticamente jugadores orientales.

Casi todos, fueron del centro, quizás la mayoría de los que Eriel vio, pero a no pocos nos asaltaron las dudas al ver que se quedó fuera Denis Peña y, sin embargo, el cátcher espirituano, Loidel Rodríguez, clasificó en el roster bateando apenas .232.

Luces: El futuro parece estar asegurado cuando vemos a tantos jugadores talentosos, pero… ¿Todos permanecerán en Cuba? ¡Eso está difícil!

Sombras: Es duro ver cómo un equipo Cuba no puede fabricar ni una carrera. Hay talento, pero faltan muchas cosas. Falta más empeño, más enfoque, más profesionalidad y, con esa última palabra (¡profesionalidad!), abro y cierro debate… Existe el potencial, pero a veces no se explota o esculpe todo lo posible. Y ayer lo vimos: ¿No se podía tocar la pelota? ¿Nadie pudo robar bases? ¿No se pueden hacer otras jugadas poniendo la velocidad en función de la ofensiva?

Obviamente, hay muchas más luces y sombras, pero estas fueron algunas de las que, por estos días, cubrieron con un fino velo el accionar del team Cuba Sub-23 en Honduras y Nicaragua. De cualquier manera, seguiremos informando aquí, junto a usted.

Así que, ¡comente! ¡Hágale un SwingCompleto!

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