AL BATE CON MODESTO: Miguel Caldés Luis, otro de los grandes

Por Modesto Agüero  

   Uno de los grandes peloteros que ha dado la provincia de Camagüey, lamentablemente desaparecido, es Miguel Caldés. A él dedico mi columna hoy. 

   Caldés jugó como tercera base y cuarto bate de los equipos de la Cuidad de los Tinajones en Series Nacionales y para aprovechar su ofensiva se desempeñó como jardinero en el equipo Cuba. 

    Nació el 27 de septiembre de 1970 en el municipio Bolivia, provincia de Ciego de Ávila y muchos desconocen que Miguelito es sobrino de otro estelarísimo tercera base camagüeyano, Vicente Díaz. Por eso se dice que su potente brazo lo heredó de su tío. 

   Desde muy pequeño fue captado para la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) “Cerro Pelado” de su provincia natal e integró los equipos a los Juegos Escolares. Posteriormente el equipo Cuba en la categoría juvenil en el Mundial de 1988 en Australia. 

   Es el quinto camagüeyano con más carreras impulsadas en los Campeonatos domésticos con 683 carreras, por detrás de Leonel Moa (857), Sergio Quesada (757), Loidel Chapelli (687) y Felipe Sarduy (685).  

   Con el equipo Camagüey alcanzó un tercer lugar en 1998. Entre sus resultados más destacados en Series Nacionales destacan los lideratos de jonrones con 20 en la 34 edición y en bases por bolas intencionales recibidas con 13 en la 37. 

   Fue un factor importante en las Series Provinciales para el equipo de Jimagüayú, con el que quedó varias veces campeón.  

   Integró en repetidas ocasiones el equipo Cuba, entre ellas a las Copas Intercontinentales de 1995 y 1997.  

   Uno de los momentos más importantes en su carrera a nivel internacional y que tuve oportunidad de ver fue el enorme cuadrangular que conectó contra Japón en los Juegos Olímpicos de 1996, en el estadio de los Bravos de Atlanta. Además de su dimensión, el jonrón sirvió para desempatar el juego frente a un lanzador submarino japonés. 

   Caldés integró además el equipo Cuba a los Juegos Olímpicos de Sydney, Australia en el año 2000. 

   En la Sala de Historia del Deporte en Camagüey está la pelota con la que Miguel Caldés disparó su último cuadrangular en Series Nacionales en el Estadio de Moa frente al lanzador derecho holguinero Yisnei García, en el noveno inning por el jardín central y con Loidel Chapellí como corredor, en primera base.  

   Esta pelota la entregaron unos aficionados holguineros en una urna de cristal a la Sala de Historia, en un bonito gesto que es justo reconocer. 

   Lamentablemente, Miguel Caldés perdió la vida en un fatal accidente de tránsito en la madrugada del 4 de diciembre del año 2000. En uno de los pasos a nivel del ferrocarril, fue impactado por una locomotora en el crucero ferroviario del reparto Saratoga en la capital agramontina.  

   La muerte de Miguel Caldés tuvo gran repercusión en la población y su sepelio constituyó una de las mayores muestras de duelo popular vistas en allí; miles de personas desfilaron ante el féretro y muchas más lo acompañaron hasta el cementerio de la capital agramontina. 

   Así terminó la vida de uno de los mejores peloteros que ha dado la central provincia, pero en ese momento le quedaba aún en su carrera como pelotero, murió con apenas 30 años de edad y asistía a su decimocuarta Serie Nacional de béisbol.  

   En total promedió ofensivamente para 289, con 386 extrabases, de ellos 176 jonrones, 176 dobles, 34 triples y 683 carreras impulsadas. Su línea ofensiva fue de 289/ 358/ 472.  

   En otro bonito gesto en la temporada de su muerte el equipo estampó su número 18 en las mangas y gorras y lograron una honrosa tercera posición en la Serie Nacional, como homenaje a su inolvidable compañero.  

   Cuando ganaron el play off de octavos de final frente a Villa Clara tres juegos por uno, todos sus compañeros salieron al terreno encabezados por el lanzador Fernando Tejeda, quién portaba un gran cartel dedicándole el triunfo colectivo a Miguel Caldés ante el sentido aplauso de los aficionados presentes en el Cándido González.  

   Al conmemorarse cada 4 de diciembre la fecha del fallecimiento de Caldés, familiares y compañeros del equipo realizan una peregrinación hasta el Cementerio de Camagüey donde descansan sus restos. 

   Descanse en Paz uno de los grandes peloteros de Camagüey y de Cuba, MIGUEL CALDÉS. Tus Toros te dedican cada una de sus victorias. 

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