Norge Luis Vera… el silencio de un hombre grande

Por Alexander García

Es muy grande, grande por el tamaño, bueno luce como un gigante, Norge Luis Vera es un tipo inmenso; ahora en televisión nacional con unas libras de más, pero igual mostrando muy buena forma, ahora Vera hablo de su hijo, de sus años, de sus sueños y es el mismo, aquel hombre de hablar pausado, de hablar poco, de hablar casi nada  de hecho pero de echarse su equipo encima y repartir los hits antes de cada juego.

Cuando estaba Vera, estaba a la sombra de Ormary Romero, todo era Ormary, todo y Vera sacando el juego bueno pero Romero se llevaba los aplausos, incluso para el primer Clásico Mundial, Norge Luis queda fuera y Ormary hace el grado, luce bien… parecía un cubo de agua fría para el estelar lanzador derecho.

A los años, a los tres años para ser específico Vera hace el equipo Cuba al segundo Clásico Mundial y es el as de la rotación; pasea el juego ante Sudáfrica y en la segunda ronda le gana a México para permitir el avance de la escuadra criolla al juego decisivo con Japón- a la postre se perdió frente a Iwakuma-.

Es Vera el renacido, ese que en 1999, en aquella final ante Industriales, en aquel famoso juego seis que decidió Meriño con jonronazo ante Jorge Luis Machado, es Vera quien gana aquel partido- el bueno- el juego que permite el séptimo juego; gana Santiago, es campeón, gana Ormary y las cámaras para él, Vera a la cueva ganando el juego bueno, una y otra vez pero…

La espera valió la pena y Norge Luis se echa el equipo Santiago encima, también la selección nacional… Es un estilo de lanzar similar al de Orlando Hernández- El Duque- nadie habla de ello cuando levanta su pierna bien alto y suelta al home. Pero Vera saca out, domina a su antojo, cuando parece que toca la gloria definitivamente, llegan las lesiones, llega su accidente y Vera de a poco se esfuma.

Con hablar pausado siempre, sin egos ni ínfulas de nada, Vera, quizás opacado por muchos, por Lazo, por Contreras, como ya hable, por Ormary; así y todo Norge Luis hizo el trabajo, transito el camino y hoy yo me quito el sombrero… Es un grande, un tipo que prefiere el silencio y la humildad, con eso me quedo.

Nos vemos a la vuelta.

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