Por Daniel de Malas / danieldemalas@swingcompleto.com
El año 2020 ha dejado marcas en decenas de aspectos de la vida cotidiana, algunas de ellas imborrables, además de transformar para siempre la vida social. El deporte no se ha visto ajeno al fenómeno, de hecho ha sido un gran protagonista, con su sentida ausencia y su muy necesario regreso. La Series Nacionales, por su parte, han sumado mucho más drama al que nos tocaba por cuota.
Y no nos tomen a mal, no nos estamos quejando, pues la verdad piedras que parecían inmóviles han comenzado a sacudirse y no es que estemos celebrando el cambio de una era prehistórica (ya lo haremos cuando ocurra) pero hemos percibido cierto optimismo en esos pequeños pasos positivos que se han dado para con la pelota que se juega en Cuba.
Cuenten que varios peloteros juegan en el extranjero (deberían ser muchos más, pero poco a poco), que han podido regresar a jugar en Cuba algunos atletas que se desempeñaron como profesionales y sobretodo que alguien abriera los ojos y aconsejara-instruyera a Higinio Vélez a dar una mejor cara, un discurso más cándido, más amigable y que buscara sumar, no restar como siempre había hecho.
En todo este epicentro de cambios por ocurrir y realidades menos modernas, se encuentra el hecho de que AÚN los peloteros que quieran regresar a las Series Nacionales en Cuba TIENEN que repatriarse, proceso engorroso e innecesario (en nuestro opinión personal), que ahora está marcado por la pandemia mundial del COVID-19 (también conocido como Coronavirus) y por lógica ralentiza aún más cualquier papeleo, en especial si de nuestra isla se trata.
Es entonces que aparece el colega Norland Rosendo, a quien hemos aplaudido en más de una ocasión por sus trabajos, con una propuesta-pedido para la Serie 60, en la plataforma digital oficialista CubAhora, abogando por eliminar este proceso, al menos por el momento.
Norland, con este mismo tema e incluso aclarando, dice que: “…algunos están en proceso (de repatriación), o lo terminaron, como es el caso del también matancero Yadir Drake…”
El colega menciona que sin embargo “en los últimos días jugadores cubanos que se desempeñan en circuitos mexicanos han mostrado intenciones de participar en la próxima Serie Nacional, pero lo más probable es que sus papeles, los que les exigen las autoridades deportivas, no estén a tiempo en regla y sus aspiraciones no se logren, en gran medida por los atrasos o paralización de los procesos de repatriación debido a la pandemia de la COVID-19.”
Y entonces sugiere que “excepcionalmente, como se ha hecho con otros trámites migratorios, les permitan jugar a la par que inician o continúan sus procesos. Sería una buena oportunidad para que cumplan sus sueños de volver a ser aplaudidos por su público cubano y de que sean vistos, además, por la dirección técnica nacional, si en definitiva se concreta el proyecto de un equipo Cuba que no sea exclusivo para peloteros radicados aquí.”
Rosendo, en un acto que merece aplausos por apoyar y luchar por lo mejor para nuestro béisbol, cierra su comentario sentenciando: “Gana el béisbol, gana la afición y gana Cuba abriéndoles las puertas a sus hijos.”
Gracias hermano Norland, con otros tantos como tú seguiremos aportándole a una pelota cubana que necesita mejorar y salir de su ostracismo.
Sin más por ahora,
Daniel de Malas Andreu