Por Aliet Arzola Lima
El deporte cubano vivió momentos de gloria en el 2021 con una notable actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero de cara a los próximos ciclos estivales hay dudas sobre lo que pueda conseguir la armada antillana, teniendo en cuenta que ha perdido a varios talentos de peso en diversas disciplinas.
Uno de ellos es el triplista Jordan Díaz Fortún, quien se quedó en Madrid hace siete meses, poco antes de viajar a la capital japonesa para competir en la lid bajo los cinco aros. Resulta que el capitalino ha recibido este martes la nacionalización española por carta de naturaleza, según reportaron varios medios ibéricos tras consultar el Boletín Oficial del Estado.
Díaz, considerado una de las grandes promesas mundiales del triple salto, era una de las cartas cubanas de cara a los Juegos de Tokio, pero en junio pasado no continuó como parte de la escuadra nacional de atletismo que se preparaba en Castellón.
Después de tomar esa decisión, se radicó en Zaragoza y desde allí estableció los primeros contactos para encarrillar su futuro en España. De acuerdo al diario Marca, Jordan habló con la también triplista ibérica Ana Peleteiro, bronce en Tokio, quien notificó a las autoridades españolas sobre el caso y les comunicó el deseo del cubano de vivir en el país europeo.
Durante estos últimos meses, Peleteiro no dejó de la mano el asunto y en varias ocasiones estuvo en contacto con el secretario de Estado, José Manuel Franco, para agilizar los trámites burocráticos. Según Marca, el Consejo Superior de Deportes también presionó y elevó el caso a los Ministerios de Interior y Justicia, que finalmente notificaron la nacionalización esta semana.
Pero la nacionalización de Jordan no es la única nota relevante de la jornada. Según los medios españoles, el joven triplista se encuentra entrenando desde hace dos meses en Guadalajara con el gran Iván Pedroso, quien se ha convertido en uno de los más prestigiosos preparadores del mundo en las modalidades de saltos.
Pedroso, titular olímpico de Sydney 2000 y cuatro veces campeón mundial, es actualmente el entrenador de la venezolana Yulimar Rojas, flamante campeona de Tokio y recordista del orbe. Además, el saltamontes tiene bajo su égida a la propia Ana Peleteiro, la mejor triplista de España, y otro grupo de saltadores entre los que resaltan el cubano Alexis Copello, quien compite por Azerbaiyán desde el 2017.
La oportunidad de entrenar con el “Dream Team” de Pedroso –como lo catalogan en España– es tremenda en las aspiraciones de Jordan, quien podría representar al país ibérico en los Juegos Olímpicos de París 2024, cuando ya habrá cumplido el período de tres años sin competir que exige la World Athletics tras cambiar de nacionalidad.
Recordar que Jordan ha sido un auténtico fenómeno a nivel de resultados internacionales. En el 2017 ganó el la lid universal Sub-18 en Nairobi, Kenya con marca de 17.30, que constituye récord del orbe de cadetes, y al año siguiente continuó su paso arrollador con dos títulos de alto valor: el Mundial Sub-20 de Tampere, Finlandia, y los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires, Argentina.
En ambos eventos saltó por encima de los 17 metros, lo mismo que en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, donde conquistó una medalla de plata con tan solo 18 años.
No obstante, sus registros más consistentes llegaron en el 2019. En esa temporada se estiró hasta los 17.49 metros en el Campeonato Nacional Juvenil celebrado en Camagüey, donde estuvo a punto de igualar el récord mundial de la categoría, vigente desde hace más de tres décadas. Jordan quedó a solo un centímetro de la primacía global, en poder del alemán Volker Mai desde el 23 de junio de 1985.
En el 2019, el capitalino también logró una medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, y logró incluirse entre los ocho finalistas del Mundial de Doha.
Jordan Díaz Fortún es nieto de un primo-hermano del legendario corredor cubano Rafael Fortún Chacón, primer campeón de la Isla en Juegos Panamericanos con su título de los 100 metros en Buenos Aires 1951.
“Mi mamá me hablaba mucho de él, que era un gran corredor, de las medallas que logró. Empecé en el atletismo gracias a mi familia, como un juego, pero lo tomé en serio con el estudio del atletismo. Poco a poco he recopilado información sobre sus hazañas y cada vez me siento más orgulloso”, expresó Jordan hace algunos años al periódico camagüeyano Adelante.
Bendecido con los genes de un campeón y entrenando ahora junto a uno de los más grandes saltadores de la historia del atletismo, Jordan Díaz buscará inscribir su nombre con letras doradas en los libros de récords de triple salto. Por desgracia para Cuba, ese futuro lo escribirá lejos de la Isla, bajo la bandera española.