Por Juan Páez
Rangel Ravelo nunca se cansó. Persistió y persistió hasta que venció y logró su meta de llegar a las Grandes Ligas. Luego de pasar 10 temporadas recorriendo el sistema de ligas menores y de graduarse de trotamundos por las ligas invernales, con un paso breve en República Dominicana y cuatro años en Venezuela, el toletero recibió el llamado a la Gran Carpa por parte de los Cardenales de San Luis.
El historial del pelotero capitalino es amplio. Fue una de las selecciones de los Medias Blancas de Chicago en el draft de la MLB en 2010, y estuvo allí hasta que en 2015 pasó a los Atléticos. Aunque con los de la bahía estuvo muy cerca de dar al anhelado salto, tampoco sucedió. Oakland lo despidió en marzo de 2017 y apenas seis días después estampó su rúbrica con los pájaros rojos.
Esta campaña comenzó como una más de su eterno viacrucis por las menores, pero Ravelo respondió como de costumbre: a batazo limpio.
En 95 juegos totales, disparó 100 imparables, con 20 dobles, un triple y 12 estacazos de vuelta completa. Registró 56 fabricadas y 50 anotadas, además de una sólida línea de .299/.383/.473 y un robusto OPS de .856.
En medio de esa respetable temporada, los Cardenales le dieron su primera alegría en junio, cuando lo subieron por cuatro compromisos.
En apenas seis turnos al bate, el inicialista dio un sencillo y remolcó una rayita.
Lo bajaron y lo llamaron de nuevo para el duelo del 5 de julio. Entre esa fecha y el 1 de agosto no le fue del todo bien, con solo dos indiscutibles (dos dobles) en 13 viajes al box.
Pero la expansión de los rosters, desde el 1 de septiembre, le permitió retornar a la Gran Carpa y finalizar la ronda regular con el equipo grande.
En su tercer choque en ese mes, como emergente, sacó su primera bola del parque, un batazo que llegó luego de 870 encuentros recorriendo las ligas menores y más de mil como profesional.
Tres juegos después sacudió su segundo vuelacerca. En ambos desafíos, San Luis ganó por paliza. Era el premio a su constancia y perseverancia, la recompensa a quien nunca se rindió.
Su primera zafra en las Grandes Ligas terminó con promedio de .205 y un OPS de .666. Conectó par de dobletes y la misma cantidad de cuadrangulares (su segundo jonrón fue el batazo más largo de un cubano en el año, a 487 pies del plato), con ocho hits en 43 idas oficiales a la caja de bateadores a lo largo de 29 compromisos.
Sumó tres bases por bolas y registró 12 ponches. Mientras aún celebra su ascenso a las Mayores, Rangel Ravelo ansía una segunda oportunidad con los Cardenales para el próximo torneo.
Volviendo al palo de 487 pies, ese batazo de Rangel fue el de mayor distancia del año en el Coors Field, además, fue el cuadrangular más largo de un pelotero de San Luis en los últimos 10 años y su velocidad de salida, 111.5 millas por hora es la conexión de mayor velocidad para el habanero en su carrera.
El mismo fue el segundo batazo más largo de la campaña en todas las Grandes Ligas, solamente superado por el que dio Nomar Mazara el 21 de junio y que viajó 505 pies.
Estadísticas de Rangel Ravelo de por vida en Grandes Ligas:
Año | Eq | JJ | VB | CA | H | 2B | 3B | HR | CI | BB | SO | AVE | OBP | SLG |
2019 | STL | 29 | 39 | 4 | 8 | 2 | 0 | 2 | 7 | 3 | 12 | .205 | .256 | .410 |