Dos caras de una misma moneda en el Clásico Mundial: Japón, la favorita de muchos se enfrentaba a República Checa, una selección que en todo caso, ya cumplió en el torneo.
Los asiáticos cuentan en sus filas con jugadores de renombre tanto en la NPB como en la MLB, tal es el caso de Shohei Ohtani o Yu Darvish, el primero considerado el mejor jugador de béisbol de hoy en día.
Por otro lado lo europeos están representados por un equipo amateur en el que muchos de sus jugadores tienen otras actividades para poder sobrevivir económicamente. Al terminar el torneo varios volverán a ser educadores, médicos y hasta agentes de ventas y finanzas.
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Pero eso no impide soñar. República Checa saltó al terreno de la mano de Ondrej Satoria y Roki Sasaki haría lo propio por Japón en este encuentro vital para ambos en las aspiraciones del Clásico Mundial.
Sorprendentemente los checos pegarían primero en la apertura del encuentro, un doble de Marek Chlup seguido de un batazo de Martin Cervenka con error en fildeo incluido, permitiría anotar la de la quiniela.
Pero la alegría duraría poco, la armada nipona vendría con todo en los innings tres y cuatro.
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La fiesta comenzaría con doble de Kensuke Kondoh, luego Munetaka Murakami negociaba boleto, un doble potente al jardín izquierdo de de Masataka Yoshida voltearía el encuentro y se cerraría con un sencillo de Tetsuto Yamada que dejaba el marcador 3×1 en la baja de la tercera entrada.
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El cuarto episodio no sería diferente. Takumu Nakano recibe base por bolas, seguido de out en toque de sacrificio de Takuya Kai, sencillo de Lars Nootbaar, dobles consecutivos de Kensuke Kondoh y Ohtani, robo de Shohei, Munetaka Murakami negocia la primera y elevado de sacrificio de Masataka Yoshida.
Todo esto fue la receta perfecta para que Japón venciera parcialmente 7×1 a República Checa en su choque de Clásico Mundial.
En el quinto llegarían una más para cada uno de los conjuntos, para entonces ya el juego figuraba 8×2.
En la octava baja vendrían dos más, una de ellas a razón de un jonrón de Shugo Maki a 342 pies de distancia tras un lanzamiento en curva a 78 mph del lanzador europeo.
La pizarra al final fue de 10×2 de Japón sobre República Checa, este resultado coloca al equipo de Shohei Ohtani como uno de los grandes favoritos del torneo.