Por Yasel Porto
El Novato del Año de la Liga Americana en la última temporada de Grandes Ligas, Randy Arozarena, se llevó los máximos honores y terminó siendo la mayor atracción en un juego especial que se celebró este sábado.
Con Tamiami Park como sede, el fogoso jardinero pinareño conectó un enorme jonrón que impulsó que su equipo reaccionara para ganar finalmente la nueva edición del Juego de las Estrellas del Béisbol Cubano residentes fuera de la Isla que todos los años se realiza en enero en la ciudad de Miami.
El juego se encontraba 7×2 a la altura del séptimo inning en favor del Cuba Azul (todos eran integrantes de Industriales) cuando los escarlatas se revelaron con todo y poco a poco fueron golpeando hasta que llegó el enorme batazo de Arozarena que los puso a una de la igualada. Fue el único jonrón de cercas del partido, pues unos minutos después se produjo otro, pero dentro del terreno. Éste salió del bate del menos conocido zurdo Ricardo Almagro que sirvió para limpiar las bases y dejar el definitivo marcador de 9×7.
Aunque no fueron varias de las estrellas que había convocado el organizador principal Rafael Milanés, sí estuvieron presentes grandes exponentes de la pelota cubana de la talla de Agustín Marquetti, Lázaro Vargas, Osvaldo Fernández, Rudy Reyes, Alexis Cabrejas, Enrique Díaz, Alexei Bell, Andy Morales y el manager Jorge Fuentes, junto a otros con experiencia en Grandes Ligas como Eddie Oropesa, Alexei Ramírez y los activos Andy Ibáñez y Arozarena.
Otros conocidos que merecen la pena mencionarse por lo que hicieron alguna vez en Cuba y lo que han aportado a estos eventos son los entrenadores Eulogio Vilanova, Jorge Hernández y Román Suárez, así como Juan Bravo, Luis Gustavo Pestana y los exlanzadores Carlos Emilio Rodríguez y Rolando Viera. En el caso de este último resultó particularmente especial su asistencia teniendo en cuenta que tuvo que manejar por dos horas desde Naples pese a que todavía tiene limitaciones físicas en sus manos tras el impacto notable que sufrió por la pandemia. Incluso el miembro de los Industriales entre 1995 y 2001 estuvo a un paso de la muerte.
El partido contó con la presencia de entre 2 mil y 4 mil aficionados que se dieron cita en el espacioso Tamiami Park para compartir y disfrutar con estas figuras del béisbol cubano. Fueron muchos los momentos especiales entre fanáticos y peloteros, y entre los propios veteranos y activos del juego.
Se entregó un trofeo al equipo ganador y también se reconoció de manera particular a Marquetti y Fuentes. Igualmente se dedicó un minuto de silencio a la leyenda fallecida en la noche de este jueves Gonzalo “Cholly” Naranjo.
Volviendo a Randy su presencia en el lugar provocó el interés de casi todos los asistentes para fotos, autógrafos y el breve diálogo con una de las estrellas cubanas en la actualidad. Y en medio de todo ese ambiente a su alrededor no podía haber mejor colofón que un jonrón que muchos le estaban pidiendo desde su primer turno al bate (tuvo tres en total).
Aunque ha sido compleja la tarea para Milanés a la hora de convocar a los participantes junto con toda la logística para organizar el evento, hay que seguir reconociéndole que pese a ciertos detalles negativos en sentido general esta iniciativa sigue cumpliendo sus principales objetivos que al fin y al cabo es lo que importa verdaderamente.
Fueron casi cinco horas donde el sol y el calor pasó a un segundo plano por el nivel de confraternización que se vivió por aficionados, periodistas y peloteros, en el único día del año en el que tantos se reúnen en un terreno de béisbol para rememorar grandes historias y sumar nuevos momentos que serán guardados por siempre.
El compromiso quedó de parte de Milanés de cara a 2023 con la promesa de algunos entre ellos Swing Completo de contribuir más con la idea de perfeccionar esta tradición para su crecimiento. Los cubanos y su béisbol lo merecen.
