Por Alexander García
Matanzas era el gran favorito y de hecho lo sigue siendo, pues, aunque resulten polémicas las palabras de Erisbel Arrebarruena,en cuanto al tono de irrespeto y los matices egocéntricos que detenta su personalidad; es una gran verdad que los Cocodrilos están por encima del resto de los conjuntos en la Serie Nacional
La cuestión no versa sobre el favoritismo de Matanzas o no, la cuestión apunta al hecho de que el recién finalizado duelo entre los yumurinos y los Elefantes de Cienfuegos, no se debe mirar con tanta simpleza, Matanzas aplastó a los sureños, pero cuando uno mira a la etapa clasificatoria de la Serie Nacional, se da cuenta al instante que el equipo Cienfuegos que lideró el bateo colectivo no era ni por asomo ese que jugó estos tres partidos.
Desde una perspectiva más amplia, hubo muchas deudas por ambos equipos, sobre todo en defensa, pero los cienfuegueros en particular lucieron desajustados, faltos de formas, con carencias en el entrenamiento que vuelven evidente el impacto real de la pausa por el Covid 19.
Hago énfasis en el punto que bajo ningún contexto he puesto en duda el favoritismo de los matanceros, pero la cara mostrada por los Elefantes se alejó mucho de la realidad y si creo que, de haberse jugado en plenitud de condiciones, el resultado habría sido otro realmente, al menos mas cerrado, con mucha más paridad.
La reflexión viene a colación hoy, pues desde la óptica del oficialismo, sobre todo de los narradores de Telerebelde, quienes poseen el mayor calado mediático, el asunto de la disparidad en el aspecto señalado, deudas con el entrenamiento, recuerdo, esto es algo que pasó inadvertido, un punto que tocaron de un modo muy superficial y que hoy parece morir entre la apabullante barrida de los matanceros y el silencio informativo imperante en los medios tradicionales.
Volviendo al tema y pasando del acápite ofensivo, si el picheo de los Elefantes fue su talón de Aquiles, para este playoff quedo a deber ampliamente y esto igual es algo que no entiendo, porque por muy larga que haya sido la parada, debió existir la metodología o al menos la planificación para manejar este tipo de contingencias y que los lanzadores cienfuegueros no lucieran como meros pícher de Liga Azucarera.
Estimados lectores, la victoria fue contundente pero las cosas han de mirarse desde todos los ángulos posibles, por ende sin exageración o al menos sin exagerar demás.
En los personal me resulta penoso que se le dé un tratamiento tan pobre a un elenco como Cienfuegos, que tanto gusto por su juego dinámica y alegre durante toda la etapa regular; pero ya eso es más del mismo árbol caído, pues de enamoramientos y caprichos están hechos los colores de los dueños del negocio informativo en el canal de los deportes.
Nos vemos a la vuelta.