Serie Nacional sacó su verdadera cara, 127 carreras y 81 bases por bolas después

Daniel De Malas Andreu

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Por Aliet Arzola Lima A veces, la Serie Nacional de Béisbol nos muestra su mejor rostro, el de los cerrados duelos de lanzadores, las grandes conexiones a la hora cero, los espectaculares fildeos, las estrategias oportunas de los mentores… Pero eso es solo a veces, porque, en realidad, la mayor parte del tiempo la imagen…

Por Aliet Arzola Lima

A veces, la Serie Nacional de Béisbol nos muestra su mejor rostro, el de los cerrados duelos de lanzadores, las grandes conexiones a la hora cero, los espectaculares fildeos, las estrategias oportunas de los mentores… Pero eso es solo a veces, porque, en realidad, la mayor parte del tiempo la imagen del campeonato cubano es un tanto deprimente, con números tan fríos como elocuentes y nefastos.

La desmedida cantidad de boletos, los errores defensivos o la inflada y ficticia producción ofensiva son algunos de los males que día tras día agobian a la afición y martirizan a los managers, quienes muchas veces se ven con el rostro contrariado, sin saber muy bien qué deben hacer para solucionar los problemas que surgen en cada desafío.

La jornada de este martes 5 de abril fue uno de esos ejemplos tormentosos, inlcuso para quienes estuvieron ajenos a las acciones del día. Yo, por ejemplo, no tuve la oportunidad de ver nada por televisión, ni de escuchar los relatos de la radio, ni siquiera de seguir los duelos online. Sin embargo, cuando me dijeron que solo en dos partidos se habían anotado 50 carreras, con 28 boletos y 59 imparables, por poco me da un infarto.

Al principio pensé que era una broma, pero después me percaté de que no habían motivos para desconfiar. Cualquier hecho que consideremos paranormal en el ámbito beisbolero, es perfectamente posible en la 61 Serie Nacional. Sin ir muy lejos, hace un par de semanas, Santiago de Cuba y Mayabeque –dos de los punteros de la lid– dejaron números escandalosos en dos partidos: 48 carreras, 53 hits, 15 ponches, 24 boletos, cinco wild pitch, igual cantidad de errores a la defensa…

Todo aquello sucedió en 15 entradas, porque uno de los pleitos terminó en seis innings, y con los mejores lanzadores de cada equipo en acción, sin desgaste, pues habían tenido cinco días de descanso general por la pausa del Juego de Estrellas.

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Pero regresemos a los acontecimientos de este martes 5 de abril, porque las cosas se salieron de control. Para empezar, en los ocho partidos de la jornada se anotaron 127 carreras (casi 15 por partido), se dieron 185 hits (casi 12 por equipo), con 46 extrabases y 17 jonrones. Si todo esto no les parece suficiente, se cometieron 20 errores y solo tres equipos jugaron perfecto a la defensa: Sancti Spíritus, Mayabeque y Villa Clara.  

Los lanzadores dieron 81 bases por bolas y propinaron 14 pelotazos, o sea, embasaron a 95 corredores por problemas con el control. Cuando sumamos esto a los hits y a los errores nos arroja un resultado abrumador: entraron en circulación un total de ¡300 hombres!, a razón de casi 19 por equipo.

Solo con ver esto, si fuera manager, me ahorcaría y, lo peor, es que no sabría de la misa la mitad. Sí, porque hay más malas noticias que llegan desde la lomita. Por ejemplo, en la fecha se cometieron 11 wild pitch y ocho conjuntos se apuntaron al menos uno.

De los 16 equipos, 12 dieron más boletos que ponches en esta jornada. Solo invirtieron la fórmula Industriales (3-1), Mayabeque (5-4), Las Tunas (9-4) y Villa Clara (3-2). Suena increíble, pero recuerden que estamos hablando de la Serie Nacional, un torneo en el que, a falta de un tercio para su final, todavía tiene más boletos que ponches de manera global.

Seguimos en el montículo. Este martes se propinaron apenas 58 ponches, a razón de 7,25 por partido, lo que se traduce en algo más de tres estrucados por equipo, cifra ínfima donde las haya. De las 16 escuadras, 12 consiguieron menos de cinco outs por la vía de los strikes y solo igualaron o superaron esa cantidad Mayabeque (cinco), Camagüey (cinco), Matanzas (siete) y Las Tunas (nueve).

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¿Recuerdan lo de los dos juegos con 50 carreras? Pues los protagonistas de estos encuentros fueron Matanzas, Santiago de Cuba, Industriales y Camaguey. Leones y Toros se cayeron a jonronazos, pero realmente el festival de lo mal hecho cobró vida en el duelo entre Cocodrilos y Avispas. Los yumurinos abrieron el juego con racimo de 11 carreras, las cuales no hubieran sido suficientes, porque el pitcheo del plantel que comanda Armando Ferrer hace aguas por los cuatro costados.

Los indómitos recortaron distancias poco a poco y no pararon hasta fabricar 13 anotaciones, aunque al final murieron en la orilla en la novena entrada, de la forma más surrealista posible. Con bases llenas, dos outs y pizarra 17-12, Yaicel Pérez conectó un sencillo que remolcó al corredor de tercera (Adriel Labrada), pero el hombre de segunda (Rudens Sánchez) también se fue a la goma y lo enfriaron.

Nos cuentan algunos colegas que la jugada en home fue quieto, pero el punto es qué hacía ese hombre corriendo para la goma, expuesto a ser el out 27, cuando todavía su equipo perdía por tres carreras. ¿Es o no es para infartarse?

En este choque los dos equipos regalaron nueve boletos, lo cual también llama muchísimo la atención. Esto nos pareció tan poco común que buscamos los partidos con nueve boletos para cada una de las escuadras en la pasada temporada de Grandes Ligas y nos llevamos una sorpresa, porque no sucedió ni una vez. ¡Cero! Como lo leen. En MLB durante el 2021, en 82 ocasiones un conjunto otorgó nueve o más boletos, pero nunca coincidieron dos escuadras tan descontroladas en un mismo desafío.

Lo peor es que todo esto sucede en la 61 Serie Nacional a la altura del juego 50, cuando quedan por lo menos 20 fechas más, las 20 jornadas finales, en las que los bates pesan más y en las que más sale a relucir el cansancio y el desgaste luego de tantos juegos a pleno sol.

Agárrense que vienen curvas…

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