Por Yanio Zulueta / contacto@swingcompleto.com
Vamos a debatir de béisbol. Piensa que ahora mismo eres el manager del plantel cubano que se prepara para viajar a Arizona con vistas a buscar la clasificación al los Juegos Olímpicos. Estás sentado a un extremo del dugout, mirando las resplandecientes luces del parque de pelota, escuchando música en inglés en Phoenix y degustando de una goma de mascar.
Tienes tensiones, obviamente, porque eres el manager del team Cuba, pero de la manera en que canalizas tus perspectivas, lo importante es olvidar las corrientes pasionales y buscar la manera de garantizar tu trabajo buscando victorias.
En tus manos, hay un par de papeles dentro de una agenda, que tienen las propuestas de confección del equipo en par de listados de 26 jugadores. Ambas son diferentes y necesitas decidirte por uno de los dos esquemas que esbozaste la noche anterior, junto a tu colectivo, una tarea de gran responsabilidad que apenas de te dejó dormir. Entonces, ¿qué harías? Cuentas con un grupo de jugadores donde los veteranos con al menos entre 3 y 4 participaciones en recientes eventos foráneos durante la década pasada, pululan casi en el ocaso de su carrera.
O sea que, analizándolo en el mejor de los casos, cuentas con juventud y experiencia, pero más veteranos que hombres con sangre joven. Para seleccionar a 14 peloteros, pues el listado de pitchers no debe ser menor al de 12 nombres, debes decidirte por un número reducido por áreas. ¿Qué hacer? ¿Cómo configurar todo lo que se necesita? ¿De qué manera se optimizaría la lista? ¿Por qué cabían Yoelquis Guibert y Yosvany Peñalver? Aquí hay algunas ideas desde mi visión, un ejercicio que posiblemente usted haga también cuando lea este artículo de opinión:
El dúo Guibert-Peñalver le habría dado una buena inyección de juventud a ese lineup. Tanto de titulares como de jugadores suplentes, contar con dos bateadores zurdos como Guibert y Peñalver, potenciaría una alineación cubana que ha perdido poder, velocidad y contacto. Entonces, ¿por qué asumir, según el mentor Miguel Borroto, que Peñalver se estaba eliminando con Cepeda? ¿Es justo? ¡No lo creo! Buscando en www.beisbolcubano.cu, encontré varios datos interesantes que demuestran las potencialidades de Guibert y Peñalver.
Este es el resumen que te ayudará a entender por qué Cuba necesita, al menos en esta versión de su equipo, peloteros jóvenes y que puedan correr, batear, ¡chocar con la pelota!
Yosvany Peñalver
Numeritos individuales *en una temporada de su carrera* que superan a Guibert:
- Total de hits, 113 – 2019
- Dobles, 14 – 2019
- Bases robadas, 6 – 2017
- Bases por bolas, 59 – 2019
- Promedio, .350 – 2019
- OBP (Porcentaje de embasado): .456 – 2019
- Hits con corredores en bases 61 – 2019
Yoelquis Guibert
Numeritos individuales *en una temporada de su carrera* que superan a Peñalver:
Triples, 6 – 2019
Jonrones, 8 – 2019
Impulsadas, 45 – 2019
Slugging, .484 – 2019
Esos son todos los acápites ofensivos más importantes de ambos, donde se ve la ventaja de Peñalver en varios los medidores de contacto y disciplina en la caja, pero vale señalar que Guibert inclinó la balanza ligeramente a su favor en las muestras de poder. Sin embargo, realmente son bastante parejos en sus potencialidades al bate. Y, aunque Guibert ha demostrado mejor brazo en las praderas, desplazamiento y facilidad para jugar en cualquiera de los tres jardines, Peñalver no es una mala opción como jardinero derecho natural —ha tenido experiencia también en el left—.
Dicho esto, ¿hacia dónde miramos? Recuerden las limitaciones defensivas de Frederich Cepeda y Alfredo Despaigne, y que al mismo tiempo, Yurisbel Gracial no es un jardinero natural. Al final, ¿no podía haberse incluido Peñalver, jardinero zurdo y de excelente contacto, sobresaliente entre, incluso, los otros ‘supuestos’ “utilitis” jugadores de cuadro? Creo que no hay duda.
Así que no se trata de acusar a los “Industrialistas” de la propuesta que dejó fuera a Peñalver, o a los fans de los Toros, que esgrimían con base defendiendo el talento de Guibert.
No, la realidad, a lo cubano, es que en un equipo que bateó apenas .162, y no podía aplicar velocidad, toques de pelota, jugadas de “corrido y bateo” entre otras estrategias, creo que es una locura desechar a dos atletas jóvenes, con deseos de jugar pelota y demostrar, como otros en su momento, ¡que sí pueden hacer el trabajo!
Al final, ¿los resultados de los últimos eventos no indican cambios? Si en el Premier-12 Cepeda se fue en blanco; si nadie pudo batear ahí jonrón; si ningún bateador pudo convertir un batazo en extra bases; si no se robó bases; ¿por qué temerle al cambio? Con toda honestidad, en mi equipo cabían ambos: Guibert y Peñalver, incluso con Cepeda.
¿Cuántos “utilitis” defensivos necesita el infield? Sé que el artemiseño Dayan García lo hizo bien, pero dos utilitis no me caben en el equipo. ¿O Raúl González o Dayan? ¿Con quién nos vamos para Arizona? Sí, porque la vida ha demostrado y eso lo verá el propio Borroto, que se necesita más visión, más juventud y mucho más tino. ¿Qué brinda Dayan?: Jugar segunda base, pero sin el gran rango de un intermedista superior a la media.
Así que, para defender, no creo que sea el intermedista ideal. “Raulito” sí. ¿Para correr Dayan es un buen remplazo? ¿Para jugar tercera? ¿Para asumir el campo corto? Creo, y la vida lo ha demostrado, “Raulito” al final hace el trabajo. César Prieto y Alexander Ayala se mueven por el infield alrededor de varias posiciones… ¿Quién me sobra? A este servidor, Dayan.
Al final, tanto Guibert como Peñalver me potencian los jardines, la posible emergencia que surja en la defensa, sirven como corredores emergentes, son zurdos y de buena habilidad de contacto. Entonces, simplemente se trató de gusto y eso hay que respetarlo. Digo de “gusto”, porque es evidente y Borroto responderá con su resultado: Peñalver cabía por encima del posible tercer cátcher (da igual si Frank Camilo o Tellez), quizás, o por el segundo “utiliti”, Dayan García.
Cabía porque es más funcional y la vida sigue demostrando que Gracial y Despaigne no estarán al 100% —incluso, ya hay reportes de sus lesiones en Japón— y que Cepeda, que nunca fue un gran jardinero defensivo, es un riesgo como fildeador para un partido cerrado.
¿Recuerdan el fly de Santiago Torres en el Juego 3 de la semifinal entre Industriales-Camagüey?
Si Cepeda lo hubiese fildeado, como también el tiro de Alberto Calderón a la mascota del cátcher Oscar Valdés, tal vez aquel juego hubiese tenido otro final.
Hago la salvedad, no porque haya demeritado el éxito de los Toros, para nada. Sino porque los juegos no solo se pierden con un rolling para doble play o una base por bolas: La defensa también suele ser decisiva.
El primer paso para mejorar, parte de la propia selección.
No se trata de “hinchar” por un color u otros, por un jugador que usted prefiera porque es de su equipo favorito: Se trata de integrar los equipos con lo mejor posible. Si de “funcionalidad” se trata, como dijo la dirección del team Cuba, es contradictorio que se renuncie a la polivalencia y explosividad, deseos, que llevan al terreno de juego tanto Peñalver como Guibert.
Hace falta producir carreras, pero a veces están las herramientas… el talento, ¡y falta corazón!