Por Jesús Alaín Fernández/@JesusLCA2017
La información que nos brinda STATCAST nos ha permitido pasearnos por dentro de lo que ocurre en el juego. No es solo mirar la bola salir del parque de jonrón, si no entender porque esa si lo fue y la anterior se quedó sobre la cerca. Conocer quienes le pegan más fuerte a la pelota y que lanzadores son más difíciles de conectar. Pero también nos ha permitido identificar, corregir o al menos, comentar, lo que se sale de lo normal en el juego.
El porciento de barrels (pelotas bateadas con un óptimo ángulo de salida y que alcanzan la velocidad de salida necesaria para maximizar la probablidad de hit) se incrementó de tal forma que en los años 2019 y 2020 la producción de jonrones en la Gran Carpa fue excepcional. Era o pelotas domesticadas o el regreso a la era del doping.
El 2021, con el anuncio de algún cambio en el implemento y el reconocimiento de que antes había sido modificado para alcanzar mejor aerodinámica, vimos como en el primer tercio el picheo se adueñó completamente del show. Los no hitters llegaban casi a diario y pensamos que era muy probable que el récord para una temporada de partidos sin hit fuera destrozado.
Después el análisis nos trajo otra conclusión. El Spin Rate o revoluciones de la pelota estaba siendo demasiado alto. Los lanzadores usaban sustancias que les ayudaban a agarrar mejor la bola y lanzar lanzamientos con mayor efectividad. En junio la oficina del Comisionado anunció medidas para limitar el uso de elementos auxiliares en el picheo y todo cambió.
Se vieron menos juegos de dominio absoluto desde el montículo. Se vieron muchos brazos que no aguantaron el esfuerzo de intentar mantener el mismo resultado solo por el esfuerzo físico propio y por supuesto la ofensiva ganó protagonismo.
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El OPS de la liga fue de .699 en abril/marzo, .737 en junio y .743 (mayor de la temporada) en septiembre/octubre. Los jonrones pasaron de 875 en abril/marzo a 1131 en el tramo final de temporada regular. Las carreras impulsadas aumentaron en un 33% desde el inicio hasta el final de la justa mientras que desde el lado contrario las lechadas fueron 19 en los tres primeros meses y solo 10 en la segunda mitad de temporada.
De ajustes se trata para que el deporte sea lo q nos gusta ver. A muchos el jonrón le hace la fiesta, a otros un robo de home. A algunos un no hitter le sabe a navidad mientras que algunos prefieren que su lanzador ponche sin más a todos los rivales.
Y de eso es que se trata, de la mezcla perfecta, del toque de bola y el jonrón, del ponche y el dobleplay, del no hitter y nocao beisbolero, del robo de bases y el corrido y bateo. El show se disfruta igual cuando Stanton da un jonrón de 119 mph de velocidad de salida y cuando Trea Turner se desliza en el home sin siquiera levantar polvo.
Eso es lo que los que amamos el juego queremos como regalo de navidad. Un juego con equilibrio para disfrutar, pero por sobre todas las cosas, queremos que se juegue BEISBOL.