Por Kiara González
El 3 de mayo de 1999 se realizó el segundo y último juego entre un equipo Cuba y los Baltimore Orioles, donde más allá de lo deportivo hubo un suceso marcado por la política y que involucró directamente al árbitro cubano Luis Cesar Valdés que fungía como uno de los imparciales de ese histórico encuentro.
Además de Luis Cesar otros dos cubanos impartieron justicia ese día: Omar Lucero y Nelson Díaz, este último actuó como principal.
El hecho al que ahora hacemos referencia ocurrió en el sexto inning cuando un aficionado se lanzó al terreno con un cartel que rechazaba la política existente en la Isla a raíz de un notable suceso con la disidencia cubana en la barriada de Lawton, en la Habana.
El juego se detuvo momentáneamente. Cuando el fanático pasó por la zona de segunda base donde trabajada César y después de un intercambio de palabras el villacareño decidió actuar físicamente y neutralizar al intruso con un «estrallón» que pasó a la historia como el único llevado a cabo por un árbitro cubano.
«Él fue a segunda base y yo le expliqué para quitarle el cartel y lo que hizo fue agredirme. Él fue el que comenzó la agresión, diciéndome cosas sobre Cuba y nuestros ideales», afirma Luis César en entrevista donde da su versión de los hechos y que presentamos en exclusiva en el segmento Swing Caliente de nuestro Canal de YouTube.
El hombre fue detenido posteriormente por la policía y dejado en libertad a las pocas horas tras pagar una multa por invadir sin permiso una instalación en la que se desarrollaba un evento deportivo.
Pasados los hechos, nos cuenta Luis Cesar, «no era el pueblo norteamericano y eso lo dijimos públicamente, que pedíamos disculpas por haber tenido ese desenlace con esa persona, pero sabemos quién es él y “desgraciadamente” nosotros tenemos una posición».
«O dejábamos que hombre hiciera su show y terminara el juego de pelota o tomábamos medidas y en el terreno de pelota son los árbitros los que dirigen», elemento este con el que justifica el haber tomado dicha posición.
No obstante, ante las críticas, Luis César está convencido de lo que significó aquel momento: «Yo no pienso que haya que cambiarlo mucho. Eso tuvo un impacto y él fue el culpable pues invadió el terreno. Yo no fui a las gradas a buscarlo».
Quienes vivieron aquel momento tanto en vivo como mediante la señal televisiva saben del significado del enfrentamiento entre ambos equipos. Más allá de lo meramente deportivo, había un marcado matiz político y a la vez social, pues demostraba que el béisbol era un nexo entre los dos países que pese a las diferencias podían desarrollar lazos de hermandad.
Pero, Cuba llevaba la marca de una derrota sufrida en sus propios predios del Estadio Latinoamericano así que ganar y decretar el empate en el match era un final justo a la vista de quienes se enfrascaron en dicho acercamiento.
«Él se manifestó en contra de nosotros», recalca el avezado arbitro y agrega que «ese era un juego que teníamos que ganar porque teníamos una herida abierta. Fidel lo dijo claro: “Este es un juego de vida o muerte. No vamos a los Estados Unidos a perder sino a ganar”, concluyó.
¿Pero quién era el intruso? Se trataba de Diego Tintorero, un residente en Miami, quien comenzó ese 3 de mayo de 1999 una serie de protestas similares con la presencia de equipos de pelota de la Isla.
Fue el mismo que se lanzó a protestar en la semifinal de los Panamericanos de ese año en Winnipeg, además de la final de la Serie del Caribe de 2015, que como en la cita panamericana aconteció en el noveno inning cuando Cuba estaba a punto de ganar su partido.
Tintorero también fue noticia el 31 de agosto de 2013 cuando se tiró al estadio de Fort Lauderdale en medio del encuentro de veteranos por los 50 años de Industriales. En aquella ocasión la protesta pacífica fue dirigida a Javier Méndez y Juan Padilla, quienes habían tenido contacto físico con Diego en Winnipeg.
Como todas las veces anteriores fue arrestado (en el caso del juego de Florida de forma violenta por la policía del condado Broward) y pudo salir posteriormente como la ocasión de Baltimore después de pagar su multa.
Desde la ocasión del juego del Candem Yard siempre existió gran controversia sobre la actitud de Tintorero y la de la parte cubana, especialmente cuando hubo acciones físicas. Algunos señalan que nunca debió invadir los terrenos donde se celebraban eventos deportivos, algo incluso criticado por periodistas y cadenas extranjeras como ESPN, mientras un grupo notable todavía hoy critica duramente la implicación directa de César y los peloteros.
Los dejamos con el Episodio 10 del segmento Swing Caliente de nuestro Canal de YouTube. No olvide suscribirse y dejarnos sus comentarios en las diferentes plataformas.