Por SwingCompleto / contacto@swingcompleto.com
Desde hace tiempo no aparecía en eventos públicos por el confinamiento como es lógico, pero la imagen que se vio este martes en el estadio matancero Palmar de Junco del legendario exlanzador local Jorge Luis “Tati” Valdés alegró a todos los allí presentes y muchos que los vieron en fotos a través de las redes sociales. La satisfacción tenía en peso principal en la compleja situación en la que desde hace mucho se encontraba el zurdo más triunfador del béisbol cubano.
Desde más de una década el campeón olímpico de Barcelona 1992 estaba afectado por el alcoholismo y bastante. Tal problema lo sacó del béisbol completamente y lo tuvo en un estado físico y mental que hacía pensar que jamás saldría de esa crisis. Incluso llegó a ingresar varias veces para recibir tratamiento psicológico con resultados iniciales muy poco favorables con una actitud poco cooperativa que hacía preocupar todavía más a familiares, amigos y aficionados del béisbol matancero y cubano en general.
Pero posteriormente el apoyo de muchos como su esposa e hija, además de compañeros de la pelota, entre ellos Lázaro Junco, se combinó con la voluntad ganada por “Tati” para revertir el problema casi por completo.
La mejoría comenzó a verse poco a poco y ya en la última ceremonia de exaltación al Salón de la Fama Palmar de Junco en 2019 los que han vivido este proceso hace rato se dieron cuenta del avance. Dos años después, este mismo martes 19 de octubre en la ceremonia donde se proclamó al béisbol como patrimonio cultural de Cuba, el panorama fue todavía más halagüeño.
Según cuentan algunos de los participantes en el evento con la confirmación posterior de uno de los miembros de Swing Completo, Valdés tenía un excelente ánimo y muy buena memoria. Su físico no ha variado mucho, pero esa delgadez viene desde aquellos tiempos en los que llegó a ser el mejor de Cuba entre zurdos y derechos. Pero para sus 60 años (nació 12 de febrero de 1961 en Jovellanos) y todo lo que ha pasado con esta enfermedad no se le puede pedir más.
Otra buena noticia que se pudo conocer es que próximamente se incorporará al trabajo con las categorías menores en la antológica instalación yumurina. De esta forma se retomará su vinculación oficial con su deporte después de un período de tiempo que parecía eterno.
Un caso similar a quien por años tuvo el récord de más triunfos dentro de Cuba (234 en 20 SN) fue otra estrella de su generación como lo fue el tercera base capitalino Lázaro Vargas. Como “Tati”, el carismático jugador habanero tuvo que pelear duramente para superar su adicción al alcohol y hasta el día de hoy se ha mantenido totalmente alejado de la bebida.
Valdés Berrier no faltó casi a ninguna selección nacional durante toda la década del ochenta y hasta su última incursión en el equipo Cuba en 1993. En todo ese período logró todos los títulos internacionales posibles incluido el olímpico y en muchas ocasiones figuraba como uno de los lanzadores de cabecera.
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Ha sido por amplio margen el mejor pitcher matancero en Series Nacionales. No por gusto fue el líder del staff yumurino durante casi década y media, protagonista de lujo en los títulos de Henequeneros en 1990 y 1991. Su retiro oficial en el estadio Victoria de Girón en 2002 es uno de los homenajes de este tipo que mejor recuerda la fanaticada.
A pesar de la fama de carácter un tanto irreverente y complejo de los peloteros matanceros, “Tati” Valdés siempre fue uno de los que siempre rompió esa regla y el alcohol tampoco pudieron destruir su virtuosismo personal donde la alegría y la ética ocupan un espacio importante. Si bien en los casos de alcoholismo nunca se puede cantar victoria pues un mal paso puede echar por tierra el avance de años, al menos de momento todo parece transitar por un camino esperanzador que le permitan así no solo vivir de su historia como pelotero sino de lo que todavía puede aportarle a los más jóvenes como entrenador junto con el regreso de sus testimonios tan necesarios.