Por Jesús Alaín Fernández/@JesusLCA2017
El 12 de diciembre será una fecha que Yunesky Maya guardará con cariño en su calendario. No es que necesite de confirmaciones para inscribirse entre los inmortales del béisbol dominicano, pero veámoslo como otra raya para el tigre, o como seguramente “El Guerrero” pinareño le gustaría, otra pluma para el águila.
En la apertura ante los Toros del Este en que estuvo dando no hitter hasta la séptima entrada, el cubano propinó cinco ponches en 6.2 capítulos. De esta forma Yunesky sobre pasó la marca de 300 chocolates propinados (302) para convertirse en el cuarto lanzador no nacido en República Dominicana en lograr superar ese número en la Liga Dominicana (el primero es otro cubano, Raúl Valdés con 583).
El derecho debutó con los Tigres del Licey en la temporada 2013-2014 y desde el 2017 ha jugado siempre con las Águilas, aunque en postemporada ha servido de refuerzo a Toros y Estrellas.
A sus 40 años, por increible que parezca, el que una vez fue recoje pelotas del Capitan San Luis está teniendo la mejor temporada en cuanto a afectividad de su carrera. El 1.86 que marca rompe los termómetros, al igual que el Whip de 0.93 que viene archivando en este 2021-2022.
Heredó la fuerza y la tenacidad de Mayra, la cortadora de caña que llegó a ser Vanguardia Nacional en Cuba y cuyo mayor mérito y orgullo seguramente fue traer al mundo a Yunesky, Madaimy y Duniesky.
Por lo pronto, Yunesky seguirá haciendo crecer su récord y por su tenacidad solo el infinito es el límite.