Por Franco Miguel Alvariño
Frederich Cepeda consume turno al bate, golpea un lanzamiento y la bola sale de línea a territorio de nadie, el experimentado jugador dobla por primera y llega a segunda con un doble, el juego se detiene, la amplificación local anuncia el arribo del cuarto bate de Sancti Spíritus a la cifra de 400 dobles en las Series Nacionales. El atleta recibe el reconocimiento en el estadio y continúa el juego.
Los medios de comunicación masiva se hicieron eco de la noticia, la transmisión del béisbol en Tele Rebelde en la voz del comentarista Rodolfo García no tardó en difundir el acontecimiento. Asimismo, el noticiero deportivo y el estelar replicaron lo acontecido. El suceso comenzó a viajar y se posicionó en las redes sociales, donde varios medios, incluido el nuestro, compartieron tal información, con cierto orgullo.
Pero dicen que “entre mar y cielo no hay nada oculto”. En realidad, según el Twitter del estadístico Yirsandy Rodríguez antes de comenzar la actual temporada el espirituano había conectado 387 dobles y en la actual contienda ha pegado 12, para un total de 399.
Inexplicable resulta que los responsables de reconocer al atleta no dominen a la perfección los números del jugador. Es una falta de respeto para ese deportista que ha dedicado sus mejores años al béisbol cubano que los medios de “comunicación oficial” manejen cifras e informaciones inciertas.
Es inaceptable que una liga que se hace llamar seria no tenga un sistema estadístico organizado. Que se puede esperar de un torneo en el cual el sitio web oficial cuando más se necesita esta deshabilitado, la navegación es lenta y el acceso a muchas de las estadísticas es casi imposible.
La serie por momento muestras síntomas de estabilidad, pero el resto del tiempo tiene que lidiar con las incompetencias de sus pésimos dirigentes. Lo sucedido con el estelar Frederich Cepeda no es más que el reflejo de que en Cuba, con el béisbol, las cosas se hacen porque sí, sin una previa preparación y sin pensar los verdaderos perjudicados, los deportistas.