Por Yanio Zulueta
Según anunció este martes por la noche la CNB (Comisión Nacional de béisbol de Cuba), el cerrador de los Leones de Industriales, el diestro Andy Rodríguez, no podrá ser elegible como refuerzo rumbo a las series de Semifinales de esta 60 Serie Nacional del béisbol cubano.
Andy, de 22 años, lanzó para marca de 5-5 con 12 salvamentos y 2.25 ERA en 48 innings durante la temporada regular, donde ponchó a 50 oponentes y tiró 29 bases por bolas. En la postemporada, su nivel de dominio como lanzador relevista se mantuvo (ganó el primer partido ante los Alazanes de Granma), al dejar a sus rivales de 14-1 (con promedio de .071), sin admitir anotaciones en 4.2 entradas.
Andy Rodríguez, aún pendiente de permiso de entrada a Japón para unirse al SoftBank, no será elegible como refuerzo dado que este documento pudiera oficializarse en los próximos días.
¿Cómo llegó el gran salto al profesionalismo?
Luego de una impresionante campaña donde Andy lanzó para efectividad de 1.91 en 61.1 innings y salvó 17 encuentros durante la temporada regular de la edición 59 de la Serie Nacional cubana, el progreso en la velocidad, su repertorio y la madurez están conduciendo al joven talento hacia el estrellato. Durante las últimas dos campañas, ahora Andy ha permitido sólo 10 extrabases en 109.1 innings donde suma 29 rescates. El progreso de su bola rápida hasta las 93-94 mph indica que aún puede alcanzar más velocidad y control, tal y como vimos en sus salidas hace sólo una semana ante los Alazanes de Granma.
Si de efectividad se trata, Andy ha dejado números fabulosos especialmente durante las últimas dos series nacionales como el principal relevista en el bullpen de los Leones de la Capital. Con su registro de 118 strikeouts en 109.1 innings, Andy elevó la tasa de ponches por cada nueve entradas a 9.7. En cuanto al control de sus pitcheos, la proporción de boletos se estabilizó en 2.0 y su efectividad de 2.06 parece de otra galaxia en comparación con los principales relevistas de la actual liga cubana.
He aquí una muestra de cómo se ha convertido en casi “intratable” la evolución de su bola rápida:
En ese turno contra el inicialista de los Alazanes de Granma, Guillermo Avilés, Andy trabajó siempre en la zona alta con pitcheos hacia afuera que terminaron siendo inalcanzables por el slugger granmense. Pero, además, también dibujó un lance pegado, para entonces cerrar con otra bola rápida. Y si así de devastadora fue su fastball, aquí tienes una exhibición de su slider que varía entre 79 y 81 mph:
Ese fue el ponche que le dio el primer out a los Azules durante el final del décimo inning antes de ganar (5×4) el Juego 1 de la serie de Cuartos de Final. Contra el cátcher Iván Prieto, quien demostró soltura para golpear los pitcheos a más de 92 mph, Andy mezcló la consistencia de su deslizador: El conteo de 0-2 era perfecto, pero también la rotación que logró Andy fue crucial para derivar en ese swing perdido de Prieto.
Por ese ejemplo entre varias muestras de dominio absoluto, junto al progreso de su velocidad, la slider y el cambio de velocidad de Andy Rodríguez van siendo otras armas a tener en cuenta como filosofía principal de dominio de cara a su reto en el béisbol procesional japonés. De hecho, con las herramientas que ya tiene el cerrador capitalino, probablemente el salto de calidad llegue más rápido de lo esperado.
