Por Robiel Vega/ @robielcuba87
Los Dodgers de Los Ángeles han sido una franquicia que, a través de la historia, ha sido pionera en cuanto a la inclusividad en el béisbol. Desde la contratación de Jackie Robinson hace 75 años, en un movimiento que rompió la barrera del color en las Grandes Ligas, hasta la fecha, ha sido una de las prioridades de la organización, por lo que la boda entre el vicepresidente senior de los Dodgers, Erik Braverman, y el ingeniero de software y modelo Jonathan Cottrell, fue una prueba más de tal política.
En una ceremonia realizada en el propio Dodger Stadium; Cottrell y Braverman dijeron sus votos desde el montículo de lanzar, rodeados de familiares y amigos; sentados en un arreglo con forma de diamante alrededor del cuadro. Entre los que asistieron al evento estaban: el presidente y CEO de los Dodgers, Stan Kasten, el director de marketing Lon Rosen y todos los altos ejecutivos de la oficina principal del equipo.
A gay wedding on the pitcher’s mound at Dodger Stadium.
— Cyd Zeigler (@CydZeigler) January 25, 2022
Sports. Have. Changed.
Congrats @ErikBraverman @jcothttps://t.co/Brh5gxuFqU
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«Creo que para aquellos que no eran fanáticos del béisbol, simplemente pensaron: ‘Esta es una experiencia muy, muy genial’. Pero para aquellos de nosotros que somos nerds del béisbol, fue muy especial«; dijo Braverman, quien es un fanático del béisbol desde la infancia.
Por otra parte, Cottrell, quien no tenía ningún contacto con el béisbol hasta que conoció a Braverman, nació en Francia, creciendo como hijo de misioneros, por lo que vivió en distintos lugares, tales como Camboya, Haití y Tailandia. Pero la influencia de su pareja fue tal que se enamoró de los Dodgers durante la temporada 2020, por lo que el celebrar su boda en ese terreno y teniendo el trofeo de Serie Mundial tan cerca, fue algo muy especial.
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El 15 de agosto del pasado año, Braverman le propuso matrimonio en Las Vegas a Cottrell, quien hasta ese momento había sido su novio por más de dos años. El directivo de los Dodgers ha sido clave en todo esto; pues ha presionado a la organización y a las Grandes Ligas de Béisbol para esfuerzos de inclusión LGBTQ más amplios y profundos y ya los resultados están siendo palpables. Cambiar la mentalidad machista y homofóbica del béisbol no es para nada sencillo.
