Por Alexander García Milián
¿Cuándo paso?, aún me pregunto y la respuesta queda flotando, no entiendo nada, nada sobre la salida de Cuba- otra vez- de las Series del Caribe, se convirtió en pesadilla así- ¡ Chazzz!- como un chasquido de dedos.
Los Playoffs se habían reducido a cinco juegos en la fase semifinal para acondicionar los entrenamientos rumbo al torneo de San Juan pero ya, sale una nota, empieza el ruido, llegan las declaraciones oficiales y entonces… Juan Francisco Puello sale en ESPN radio con Enrique Rojas culpando a directivos de la Federación respecto a la exclusión de la Isla, un bombazo sin dudas.
Sin más, como en un combate de riposta llega la respuesta y el olor a suciedad enturbia el ambiente- los americanos esto, los americanos lo otro- pero… ¿Y nosotros?… Como versa la canción – “… el diablo no tiene la razón pero es bueno escuchar lo que tiene que decir…”; creo que vale la pena escuchar al diablo entonces…Y aquí la reflexión se impone.
Bueno, aclaremos que en esta ocasión el supuesto diablo viene siendo Puello aunque la etiqueta le venga como anillo al dedo a los jerarcas de la Comisión Nacional y la Federación de Béisbol; es que resulta increíble que tanto show y tanto bufo para opacar esta bomba que se quiere manejar como un ultraje a la pelota… ¿pero por parte de quién?
Ahora se vive de eso y ponen a la Serie del Caribe como prueba de oro, como el gran parangón, incluso ya empezaban a armar conjuros sobre las coincidencias con la edición de 2015- donde Cuba gano con Pinar del Río- y en verdad, ¿alguien cree que se podía ganar este evento?, ¿alguien duda que Colombia el gran invitado está ahí pisándonos los talones?
En vez de armar complejos escenarios políticos y escudarse detrás del “demonio” de siempre, ¡señores federativos!… piensen en cómo se puede lograr la clasificación olímpica en marzo; tomen este tiempo para reflexionar y organizar un buen team work que funcione y pase por encima de estadounidenses, canadienses, puertorriqueños y colombianos.
La cuestión no está en seguir viviendo de lo que dice o haga el diablo de al lado, tampoco en vivir ahora del éxito de los Playoffs en Cuba, no, la cuestión va más allá y nos pone sobre el tapete el dilema de la resurrección o más, el de el exorcismo de los demonios, de todos y creo que con esto por hoy se ha dicho todo o casi todo.
Nos vemos a la vuelta.