Donald Duarte comenzó a vivir una historia que no se daba desde Pedro Luis Lazo

Por Yasel Porto

Una de las provincias más destacadas de Cuba en el tratamiento a las figuras estelares que se retiran es Pinar del Río, independientemente a que han existido y existirán también ejemplos negativos que merecen ser criticados.

Sin embargo, cuando se hable de retiros oficiales difícilmente alguien supere al territorio vueltabajero por la manera tan especial que han despedido de muchos de sus jugadores más importantes. Hay provincias que todavía hoy muchas de sus grandes estrellas llevan casi dos décadas esperando, no ya por un retiro extraordinario sino simplemente por un retiro oficial ante el público que tanto disfrutó de sus acciones.

Cuando se produjo el adiós del juego activo de Pedro Luis Lazo, el lanzador más ganador de las Series Nacionales, Pinar desplegó múltiples actividades durante varios días y por cada uno de sus municipios en honor al “rascacielos”. Eso sucedió en 2010, con el colofón en el estadio Capitán San Luis previo al partido entre Industriales y los locales Vegueros.

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Y algo muy parecido comenzó a suceder desde este jueves con el extercera base Donald Duarte. El otrora capitán de la selección pinareña tendrá una ceremonia de retiro oficial el próximo 16 de abril en la principal plaza beisbolera de la provincia.

Pero antes de eso serán muchos los momentos que vivirá el fogoso exjugador, los cuales arrancaron este mismo miércoles con un recorrido por su natal municipio de San Luis. Allí fueron cientos de personas las que se congregaron por las calles principales de su terruño para saludar y reconocer a Donald mientras hacía el trayecto.

Desde la temporada 2019-20 el hombre que trascendió por utilizar el número 12 había dejado de jugar al máximo nivel de la pelota cubana después de haber estado activo por 18 campañas. La mayoría de ellas fueron de excelentes resultados como bateador y en la defensa de la tercera almohadilla.

En total dejó un historial muy meritorio en el que solo faltó una mayor presencia internacional. No obstante, en favor de Duarte hay que decir que en su etapa de esplendor tuvo por delante de él a dos de los mejores antesalistas que ha dado Cuba, como Yulieski Gurriel y Michel Enríquez.

Bateó .306 de por vida con 1709 indiscutibles, de los cuales 130 fueron cuadrangulares. Remolcó 746 anotaciones y en 945 oportunidades pisó el rectángulo ofensivo.

De todas sus temporadas la más exitosa de todas fue la de 2011 en la que resultó la gran figura con el madero, labor más que esencial para la coronación de Pinar del Río en la llamada “Serie de Oro”. Dejó marcas personales en jonrones (21) e impulsadas (62), además de .355 de average y 108 hits.

Donald tuvo incursión en el béisbol independiente de Canadá, desempeñándose con los Capitales de Québec en 2016 junto al capitalino Alexander Malleta.

Buena parte de la última década fungió como capitán en la escuadra pinareña, y solo tuvo una situación comprometida cuando fue sancionado por su provincia tras diferencias con su amigo y manager de los Vegueros Pedro Luis Lazo.

Sin entrar en comparaciones estériles e innecesarias, no cabe dudas que los resultados de Donald Duarte lo sitúan entre los peloteros más sobresalientes que ha tenido Pinar del Río en Series Nacionales.

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