Por Aylet Morales y Gian Franco Gil
El ex primera base de los Industriales y equipos nacionales, Agustín Marquetti, volvió a Cuba luego de ocho años fuera de ella. Regresó, junto a su esposa, al hogar ubicado en el Casino Deportivo en la Habana, donde vivió antes de asentarse en Estados Unidos.
Mientras dialogaba con un equipo de Swing Completo, comentó que tiene planificada una estancia de 15 días antes de regresar al país norteamericano. En el cual confesó que disfruta de una vida plena, dándose todos los gustos que no consiguió cuando vivía en la isla.
“Siendo pobre allá me siento y vivo como rico, porque yo lo comparo con mis tiempos aquí, cuando no tenía nada. Ahora soy feliz, estoy viviendo en el paraíso”, dijo el estelar jugador que guarda en su carrera deportiva aquel histórico jonrón que estremeció al estadio Latinoamericano el 19 de enero de 1986, válido para decidir aquel campeonato.
Durante la semana que he estado en la isla contó que ha sido complicado, pues desde el 2014 no la visitaba y muchas cosas han cambiado desde ese momento. “Allá lo tengo todo, me fui por mis hijos y hasta el momento no me arrepiento porque he podido cumplir dos de mis grandes sueños; viajar a Miami y tener un Mercedes Benz”, afirmó entre risas.
Te puede interesar: ÚLTIMA HORA: Víctor Mesa llegó a Cuba ¿Estatus migratorio aclarado? (+FOTOS)
Acerca de la acogida que tuvo por sus vecinos aseguró que fue la mejor, desde que supieron de su llegada le invitaron a jugar dominó, lo cual explicó que es la actividad habitual en su actual lugar de residencia. Sin embargo, reconoció que como se disfruta este juego de mesa en Cuba no sucede en ningún sitio.
“Mi rutina se resumen en eso, me levanto hago algunas cosas en la casa y cerca del mediodía me reúno con los demás ancianos del vecindario a jugar dominó. Aunque no es lo mismo, a ellos se les olvidan las fichas, –dijo con tono de burla– a mí no, porque hago muchos ejercicios para mantener activas mis neuronas”.
Marquetti fue uno de los jugadores cubanos que más alegrías brindó a los aficionados de este deporte, no solo por aquella decisión en 1986, sino por otras que según él fueron más significativas. Por ejemplo, durante el Mundial de Nicaragua en 1972 cuando tuvo la oportunidad de poner a ganar a su equipo frente a Estados Unidos.
Ese y muchos otros momentos le hicieron ganarse el respeto y admiración de sus seguidores, incluso ser referente para las más recientes generaciones que no le vieron jugar. Algo de lo que está consciente y presume de ser “millonario de pueblo”.