Por Yasel Porto
La periodista ya jubilada de la televisión cubana, la polémica Julita Osendi, siempre genera muchos sentimientos encontrados por disímiles aspectos. Ya sea por cuestiones políticas o afición deportiva la experimentada colega ha sido y es centro de todo tipo de opiniones.
Ella se vio involucrada en varias situaciones con los aficionados durante su extensa trayectoria dentro de la prensa oficial de la Isla. El problema fundamental estaba en el sentimiento proindustrialista que se le achacaba y que al cierre de su carrera confesó haber sentido toda su vida.
De varias de sus experiencias más amargas comentó en exclusiva para Swing Completo, alguna de las cuales incluyeron hasta accione físicas de su parte para defenderse de quienes le gritaban y hasta intentaron agredirla en algún momento.
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«Tuve problemas de todo tipo con la gente, porque muchos decían que era industrialista, pero a veces me acusaban de favorecer a otros equipos. Se me dieron situaciones bastante malas en distintas provincias y a veces tuvieron que intervenir los propios peloteros como sucedió con Casanova en Pinar del Río».
En este último caso contó Julita que el extraclase jardinero pinareño tuvo que salir en su defensa en medio del terreno del Capitán San Luis por la gran cantidad de gente que le gritaba desde las gradas. «El me tiró el brazo por arriba y le hizo una seña a la gente para que no me dijeran más nada».
En Santiago de Cuba y Holguín también hubo sus duros encontronazos con parte de la fanaticada. En el caso de la principal provincia oriental todo subía más de tono cuando se trataba de una final contra Industriales, mientras que lo de la llamada «ciudad de los parques» se produjo en 2002 cuando la discusión del título entre Cachorros y Gallos.
«En el Guillermón también hubo sus momentos complicados que yo pensé que me mataban pero al final no pasaba nada, los mismos peloteros ayudaban mucho a evitar un problema. Y cuando no, ya te digo que yo buscaba la manera de defenderme», dijo.
«Nada es bueno de fanatismo porque hace que la gente pierda la cabeza. Me decían de todo, de todo, aunque ahora no te voy a decir lo que era pero la gente no se medía. Yo de todo modos lo sabía equilibrar y cuando la cosa se ponía más difícil con los fanáticos yo cogía una piedra o un bate para defenderme. Y rompí de todo», comentó.
Julita reconoció que de su parte se vio forzada varias veces a ir más allá de lo verbal. «Le rompí una vez la clavícula a uno, el antebrazo a otro, empujé a otro, y así. Y si no pasó más insisto que fue porque peloteros, directivos y los mismos fanáticos racionales intervenían. Eran ofensas tan estúpidas, porque si era industrialista, que si era periodista de la capital. No tenía sentido ninguno».
Aunque ella dijo haber sido simpatizante de Industriales toda la vida consideró que siempre fue lo más profesional posible a la hora de sus comentarios, reportajes y documentales.
«Yo respeté mucho a los demás equipos, y mi amor por los Industriales cuidé que no se echara a ver en mi trabajo. Pero la gente no entendía eso y me decía que si lo que yo hacía de Industriales era mejor que lo del resto de los equipos. Nunca se quedó bien por mucho que yo intenté hacerlo», reconoció quien actualmente vive en una casa muy cercana al estadio Latinoamericano y que colabora casi desde su salida de los medios oficiales con el sitio digital CiberCuba.
«El fanático era y es muy injusto. Igual pasa con los narradores, que se ponían a decir que si Eddy y Héctor le iban a fulano o a mengano, y con mis otros colegas igual. Pero por suerte ya me salí de todo eso y ahora vivo mi vida lo más tranquila posible en todos los sentidos», sentenció.
Quizá no haya habido un miembro de la prensa oficial cubana que más situaciones de este tipo tuvo con los fanáticos, aunque existen historias llamativas con figuras que por mucho tiempo llevaron el seguimiento del béisbol a nivel nacional.
Todavía hoy cada vez que da una entrevista o publica un comentario son múltiples las reacciones, con muchos que la cuestionan pero también quienes salen en su defensa con lo que tiene que ver con este tema del regionalismo o su industrialismo. Claro, que en este último aspecto la mayor parte de los que no le cuestionan son simpatizantes de los Leones de la capital cubana por una cuestión lógica.