Por Juan Páez
En la temporada muerta 2021-2022, los Rangers de Texas fueron el equipo más agresivo en cuanto a inversión para reforzarse de cara a la campaña 2022 de las Grandes Ligas. El equipo texano sumó tres piezas de gran cartel con las que mejoró notablemente su infield y le dio mayor fuerza a la rotación de abridores.
El 1 de diciembre, los Rangers anunciaron las millonarias firmas del joven shortstop Corey Seager, el segunda base Marcus Semien y el lanzador derecho Jon Gray. El contrato de Seager fue por 10 años y 325 millones de dólares, Semien estampó su rúbrica por siete torneos y $175 millones y Gray lo hizo por cuatro campañas y 56 millones de billetes verdes. Entre los tres, el club comprometió, nada más y nada menos, $556 millones.
En el 2022, la primera zafra de los tres como locales en el Globe Life Field, Seager se embolsilló $32.5 millones, Semien abonó a su cuenta bancaria $25 millones y Gray cobró $15 millones. El primer año del trío les costó a los Rangers 72.5 millones de dólares. Para que usted tenga una referencia, la nómina de los Piratas de Pittsburgh en el Opening Day fue de poco más de 55 millones de dólares, ¡casi 20 millones por debajo de lo que cobraron Seager, Semien y Gray!
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Ahora bien, ¿qué pasó con los Rangers en 2022 y cómo les fue tras invertir tan alta cantidad de dinero?
Texas verdaderamente no reflejó en el terreno, o al menos no de manera colectiva, el hecho de ser el equipo con la mayor cantidad de dinero invertido en el receso entre temporadas. Los texanos se resignaron a ocupar el cuarto lugar de la División Oeste de la Liga Americana, solo por encima de los Atléticos de Oakland y con un récord bien pobre de 68 victorias y 94 derrotas. La ronda regular la terminaron a 38.0 juegos del primer lugar y a 18.0 juegos del tercer comodín del joven circuito.
Para entrar en contexto, fueron uno de los cuatro equipos en la Americana con 94+ reveses, junto con los Tigres de Detroit, los Reales de Kansas City y los Atléticos.
Yéndonos a las actuaciones de cada una de las estrellas que se unieron al plantel de Texas, empecemos con Seager. Si bien es cierto que el parador en corto no fue tan consistente como en la mayoría de sus años con los Dodgers de Los Ángeles, participó en 151 juegos (segunda mayor cantidad para él), tuvo la segunda mayor cifra de empujadas para él (83) y de anotadas (91), además de que estableció un tope personal en cuadrangulares (33).
Pasando a Semien, este tampoco tuvo una temporada tan buena como la que cerró en 2021 con los Azulejos de Toronto, pero igual terminó como el mejor jugador de Texas en cuanto a bWAR (5.7). Dio 31 dobles, 26 jonrones, fabricó 83 carreras, anotó 101 veces y se robó 25 bases en 33 intentos. En la Liga Americana, fue el pelotero con más juegos disputados (161).
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En cuanto a Gray, el derecho fue víctima de las lesiones prácticamente durante todo el año, razón por la que apenas lanzó 127.1 innings y concretó 24 aperturas, aunque dejó una aceptable efectividad de 3.96.
En abril, una ampolla en una mano lo alejó de acción por 11 días y, cuando regresó, una rodilla le afectó inmediatamente y estuvo fuera hasta los primeros días de mayo. Sin embargo, la lesión de mayor peso para el diestro, que cumplirá 31 años el 5 de noviembre, ocurrió el 1 de agosto en el oblicuo izquierdo. Así se mantuvo fuera de la loma desde el día citado hasta el 12 de septiembre, cuando volvió para realizar cinco aperturas más hasta el final de la ronda regular.
Los Rangers, que nuevamente están decididos a ser agresivos en la entrante temporada muerta, tendrán en 2023 el chance y prácticamente la obligación de reivindicarse ante una fanaticada que no ve a Texas en postemporada desde el 2016.
