EMOTIVO: Leinier Domínguez y su despedida de Cuba

José Alberto Portela Aportela

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El ajedrecista cubano Leinier Domínguez narró en el podcast Ajedrez a Fondo el momento en que decidió abandonar su país de nacimiento.

El ajedrecista cubano Leinier Domínguez es el segundo mejor trebejista en la historia de la isla antillana, solo por detrás de José Raúl Capablanca, tercer campeón mundial de la disciplina. Los pasos del Ídolo de Güines en su tierra natal estuvieron plagados de triunfos, hasta que el atleta decidió poner un nuevo rumbo a su vida y establecerse en Estados Unidos.

Leinier Domínguez abrió su alma y decidió compartir los recuerdos de tan impactante acontecimiento. El mayabequense logró establecerse en el ajedrez mundial en sus tiempos en Cuba, pero no desaprovechó la oportunidad que se le presentó.

El jugador habló de sus inicios en su municipio y cuanto le debe al entrenador Raúl Pérez, quien fue el profesor que sembró en su vida el amor por el ajedrez. Poco a poco los éxitos sobre los tableros se hicieron presentes. El nacionalizado estadounidense mencionó, como un momento crucial en su vida, cuando fue llamado para formar parte de la preparación del húngaro Peter Leko. A partir de ese momento sus éxitos se multiplicaron rápidamente.

Un nuevo horizonte para Leinier Domínguez

El cubano Leinier Domínguez mencionó en el podcast que su decisión de emigrar a Estados Unidos fue un proceso orgánico, que significó otra puerta abierta para su carrera deportiva.

«A finales del año 2016 y principios del 2017 decidí irme de Cuba que fue el país donde nací y estuve hasta que tuve más de 30 años. Venir a Estados Unidos fue un cambio grande. Vine con mi familia a vivir para acá. Fue un cambio grande también en cuanto al ajedrez. A partir de ahí represento a Estados Unidos en los torneos por equipo y juego acá en Missouri», confesó Leinier.

«Vivo en San Luis, donde hay uno de los clubes más grandes de ajedrez ahora mismo. Hay mucho apoyo por el ajedrez y se juega  muchos torneos de todos los niveles, sobre todo torneos de élite en donde siempre juego tres o cuatro veces al año», finalizó.

El respeto fue una constante en las palabras de Leinier Domínguez, pero compartió sus vivencias y las consideraciones de su llegada al país que lo acogió. Hoy por hoy, el güinero toca los primeros escalafones del listado ELO, lo que lo confirma como un profesional en toda la extensión de la palabra. Felicidades para él, demostró que no hay límites cuando se persigue un sueño y se lucha por este.