ALTO Y CLARO: Leinier Domínguez CRITICÓ trampas en ajedrez

Leinier aborrece este tipo de acciones, que le hacen un flaco favor a la limpieza y el honor

En el mundo deportivo siempre han existido atletas que han intentado jugar de mala manera, quebrantando las leyes impuestas. Este proceder inunda todas las disciplinas y el ajedrez no escapa de este errático camino. El Gran Maestro cubano Leinier Domínguez lo sabe bien y aborrece este tipo de actuaciones, que hacen un flaco favor a la limpieza y el honor.

Las sospechas de trampas en el reino de la diosa Caissa impactaron al público más de una vez. La discusión de los puestos de la élite mundial no ha escapado de estas constantes problemáticas. Todos recuerdan la porfía entre el búlgaro Veselin Topalov y el ruso Vladimir Kramnik, que fue de los ejemplos más palpables en este sentido, ya que el primero de ellos acusó a su oponente de recibir ayuda ilegal cada vez que acudía al baño.

En los tiempos más recientes sobresalió el caso del norteamericano Hans Niemann, que fue el centro de una historia de choques con el extraclase Magnus Carlsen. El noruego lanzó palabras contundentes sobre el estadounidense, a quien le colocó motes de tramposo. La debacle fue tal que la relación entre ambos se fracturó, de tal manera que no aceptaron jugar entre ellos durante un tiempo. La Copa Sinquefield del año 2022 fue el escenario del casos.

Caso Hans Niemann

Atendiendo a lo anteriormente mencionado, muchos aficionados querían saber la opinión del cubano Leinier Domínguez al respecto. Esto pudo ser posible en la jornada del lunes 4 de marzo, gracias al podcast «Ajedrez a Fondo», transmitido en diversas plataformas digitales por el antillano y su homólogo Emilio Córdova. Como era de esperarse, el asunto que envolvió a Niemann fue tratado por el Ídolo de Güines.

«El traía ya una mala fama del mundo online. Yo no lo conocía mucho en ese momento, pero después me enteré que algunos jugadores tenían mala opinión de él. Ellos sabían que había hecho trampa online en dos ocasiones por lo menos y estaban predispuestos», narró el mayabequense.

Leinier Domínguez recordó todo el alboroto que se formó, llegando al límite que Carlsen se molestó y abandonó el torneo. Lo ocurrido significó un verdadero problema en la tranquilidad del ajedrez mundial.

Crítica contundente de Leinier Domínguez

«La controversia fue más allá de ajedrez y llegó a los medios de comunicación actuales y salió en varios periódicos importantes aquí en Estados Unidos. Lo cierto es que todo el mundo estaba hablando de eso», acotó el campeón mundial de partidas rápidas en el 2008.

Leinier habló sobre un tema muy importante e hizo énfasis en que los sistemas para evitar que se realicen acciones poco éticas en su deporte está caduco.

«El ajedrez no estaba preparado para todo el avance tecnológico que ha habido en los últimos años. Hoy día haces trampas y ganas, juegas con Carlsen y le ganas, no importa contra el que sea. Puedes tener 2300 de ELO que le haces trampas a Carlsen y le ganas. Hay que tomarse eso con más seriedad y no hay seriedad porque no existen los mecanismos», indicó Leinier Domínguez.

«Uno tiene que asumir que siempre van a existir personas que van a intentar hacer trampa y más cuando hay dinero en juego. No creo que la solución sea pensar ingenuamente que en el ajedrez todos son caballeros y eso no va a pasar. No, esa no es la realidad», advirtió el caribeño.

¿Erradicar totalmente a los tramposos?

Finalmente, los autores del podcast «Ajedrez a Fondo» conversaron sobre algunos pasos que se están dando en la dirección correcta, pero que resultan insuficientes. La colocación de varias cámaras en el sitio en que el atleta va a jugar es una gran medida, así como la idea de implementar la presencia de un árbitro en cada contendiente en un match online de alto nivel. No obstante, esto es en extremo costoso y no puede ser asumido por la mayoría de los practicantes.

Por lo pronto, el asunto de los deshonestos en el deporte sigue dando de qué hablar. El ajedrez sintió esto en carne propia y no escapó a este fenómeno. El Gran Maestro Leinier Domínguez aborreció todo lo relacionado con este aspecto y plantó su bandera en contra de todo lo que afecte el correcto desenvolvimiento del ajedrez.

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