LA MANDÓ AL BAR: Miguel Vargas desapareció la bola y ratificó LIDERAZGO

Por Gian Franco Gil

El prospecto cubano que milita en la clase Triple A de los Dodgers de Los Ángeles, Miguel Antonio Vargas, conectó el sexto cuadrangular de la temporada para igualar a dos carreras el choque frente al conjunto de El Paso Chichuahua, sucursal de los Padres de San Diego.

La conexión ocurrió en la parte baja de la tercera entrada. El hijo del mítico jugador de los Industriales, Lázaro Vargas, llegó al rectángulo ofensivo con desventaja mínima de 2×1 y dos outs en la pizarra. Mientras, sobre la lomita de los suspiros encontró al derecho Reiss Knehr.

Vargas Jr. dejó pasar el primer lanzamiento malo, exhibiendo la paciencia que lo caracteriza en la caja de bateo. El segundo envío no lo perdonó, el lanzador rival se equivocó y dejó la bola en la zona pegada. Entonces, el antesalista aceleró la velocidad de su swing, sacó su bate con fuerzas y conectó una larga línea por el jardín, que viajó hasta el bar del “Chickasaw Bricktown Ballpark”.

De esa forma, el batazo de vuelta completa conseguido por el antillano en esa entrada significó el segundo del inning. Iniciando el capítulo, su compañero, Jason Martín, también desapareció la esférica del estadio, para romper el celofán.

Por otra parte, el oriundo de la Habana, Cuba, alineó en el desafío como segundo hombre en la tanda. Hasta el término de esta nota, acumulaba un inatrapable en tres turnos legales, incluida una carrera anotada, su número 38, válida para consagrarse en el primer lugar de ese departamento en el sistema de Ligas Menores.

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