Por Yasel Porto
En un equipo deportivo es muy normal que existan situaciones problemáticas entre alguno de sus integrantes. Ha sido y será parte de la realidad en cualquier liga del deporte que sea. Y eso no forma parte solamente del mundo deportivo, porque en la vida es imposible que todo fluya sin conflictos ni contradicciones incluido el entorno familiar.
Mas lo fundamental es cuando somos capaces de dejar atrás los problemas y buscar la manera de mejorar las relaciones con aquellos con los que un día hubo antagonismos que trajeron consecuencias hasta físicas. Siempre y cuando no haya sido un motivo de principios y de alta gravedad, el pasar la página es una filosofía que a criterio de este periodista siempre va a ser mejor que mantener odios y rencores.
Uno de los que aplicó esto fue el exjardinero villaclareño Yorky La Rosa, quien hace más de una década reside en el sur de Florida. Éste me confesó en reciente entrevista su intención de mejorar las relaciones con Freddy Asiel Álvarez y Leonys Martín, dos figuras de su provincia sumamente conocidas con las que una vez tuvo un fuerte encontronazo.
«A lo mejor ellos todavía se sienten resentidos por aquello que pasó, que terminamos hasta tirándonos unos golpes. Pero ha pasado mucho tiempo y creo que hace rato que llegó el momento de dejar eso atrás. Yo ni fui un santo pero tampoco un villano, y ya uno se está poniendo viejo y no se sabe lo que pase en el futuro», comentó La Rosa, quien más adelante hizo la historia del dilema con los estelares jugadores.
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«Corralillo le había ganado la Serie Provincial a Santa Clara y ese fue el origen de todo. Nosotros nos llevábamos bien pero había gran rivalidad en la Provincial. Yo jugaba mucho con Freddy Asiel y parece que se acomplejó y nos tiramos unos piñazos en una fiesta (chequeo de emulación del equipo). Ahí también se metió Leonys pero ya ni me acuerdo completamente de lo que pasó. Después de eso ya no fue igual, aunque nos hablábamos y eso. Cosa de muchachos que cuando uno llega a viejo se da cuenta que fue una bobería».
Yorky mostró su interés de mejorar su vínculo actual con los dos principales implicados en aquel problema en función de que todo fue parte de inmadureces que cada vez se hacen menos trascendentes por múltiples razones, entre ellas el tiempo pasado ya.
«Creo que hoy no hay mejor acercamiento de su parte por ese problema que tuvimos, y yo insisto que de mi parte hace rato que todo quedó olvidado», consideró quien fue uno de los principales bateadores de los equipos villaclareños entre 2002 y 2009.
La diferencia entre estos atletas nunca fue mucho más allá del entorno villaclareño y tampoco tuvo incidencia en el rendimiento del conjunto anaranjado dentro de la temporada 2007-08, que fue cuando se suscitaron estos acontecimientos.
Dentro del béisbol cubano han sido múltiples los ejemplos de peloteros que han tenido diferencias de peso y que años más tarde no solo han sido limadas, sino que han dado origen a excelente vínculos personales. Sobre todo porque en lo sucedido, como dije al comienzo, las causas no fueron parte de una falta de principios o un interés de hacer daño con la peor intención posible.
Ojalá y un día Yorky pueda reencontrarse con Leonys y Freddy Asiel, ya sea en Miami o en Villa Clara, y recordar con más risa que reproches aquel enfrentamiento físico que alejó la amistad entre ellos. Al menos por la parte del primero el mensaje es bien claro sobre sus sentimientos y deseos.
