AL BATE CON MODESTO: Omar Carrero y su increíble año 1976

Daniel De Malas Andreu

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Por Modesto Agüero    A propósito que el pasado día 13 de mayo se conmemoró el aniversario setenta y uno de su natalicio dedicamos este trabajo a uno de los mejores lanzadores del béisbol cubano: Omar Carrero. Para mí fue un gran privilegio ser compañeros de estudios y su amigo personal.    Recuerdo el Tecnológico…

Por Modesto Agüero

   A propósito que el pasado día 13 de mayo se conmemoró el aniversario setenta y uno de su natalicio dedicamos este trabajo a uno de los mejores lanzadores del béisbol cubano: Omar Carrero. Para mí fue un gran privilegio ser compañeros de estudios y su amigo personal.

   Recuerdo el Tecnológico de la Caña de Camagüey, donde estudiábamos y por suerte no llegamos a graduarnos pues él no hubiera sido lanzador de Series Nacionales ni yo hubiera estudiado periodismo.

   Cuando comenzaba la época de mangos y aparecían los primeros maduritos en las matas, nosotros buscábamos a Carrero para que les lanzara piedras y los tumbara gracias a la puntería que tenía, de hecho, muy pocas veces fallaba. Y esa puntería tuvo que ver mucho con su gran control como lanzador.

   Lo cierto es que el Guajiro de Florencia como le decíamos, se presentó en el Estadio Cándido González donde hacían unas pruebas para lanzadores y lo captaron y muy pronto estaba ya en la Serie Nacional.

   Carrero tuvo un año increíble, que pienso muy pocos lanzadores en Cuba han tenido una temporada como esa.Me refiero a 1976.

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   Fue la Serie Nacional número 15, con el uniforme de Ganaderos de Camagüey, el mejor equipo que ha tenido la provincia agramontina, al resultar prácticamente invencible, alcanzando 29 victorias con solo nueve derrotas para 763 de promedio.

   El gran Bobby Salamanca pronunció una frase que resume la efectividad de Carrero como lanzador: «¡Qué difícil es hacerle carreras a Carrero!».

   En la XV Serie, Carrero lanzó para 0.76  como promedio de limpias, el segundo mejor en los Campeonatos Cubanos. Permitió solo cuatro carreras en 78 entradas, con cinco lechadas y ocho victorias sin la sombra de un revés. Fue líder en estos departamentos además de los ponches con 94. Esa es una, sino la mejor actuación de un lanzador en los clásicos del patio.

   Omar Carrero resultó el segundo lanzador en lograr la triple corona (en ganados y perdidos, promedio de carreras limpias y ponches). Resultó el jugador más valioso ese año.

   Pero no se detuvo allí. En un torneo mucho más fuerte como lo fue la Serie Selectiva, Carrero continuó cosechando éxitos.

   En el certamen donde intervenían solo seis equipos, trabajó para 0,62 de promedio en carreras limpias, al permitir solo ocho en 116 y un tercio de entradas, récord para ese evento. Es el único lanzador que ha bajado de una limpia por juego de nueve capítulos. Mientras conseguía otra marca importante de lechadas con seis.

   Su equipo Camagüey terminó en tercer lugar en esa Selectiva.

   En resumen entre la Nacional y la Selectiva, Omar Carrero, trabajó para un increíble 0,56 promedio de limpias con once lechadas.

   Para cerrar con broche de oro ese año 1976, Carrero ganó cuatro juegos sin derrota con 0,61 promedio de carreras limpias, en el Campeonato Mundial de Italia. Su actuación fue fundamental en el título logrado por Cuba.

   Es difícil que otro lanzador cubano haya tenido entre Serie Nacional, Selectiva y un Campeonato Mundial en un mismo año, un promedio de menos de una limpia por cada nueve entradas de actuación.

   El 27 de enero de 1981 lanzó un cero hit cero carrera contra el elenco de Las Tunas. Se retiró con promedio de limpias de 2.27, 149 victorias y 105 reveses; además de propinar mil 225 ponches.

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   Recientemente en una entrevista a uno de los más grandes bateadores del béisbol cubano, Lourdes Gurriel, me decía que el lanzador más difícil para él había sido Omar Carrero.

   Dominaba por su control con un picheo en las esquinas y en la zona baja, además de lanzar lateral y tirar por ese ángulo dos lanzamientos que rompían contrarios: la sinker y la slider.

   Lamentablemente para el béisbol cubano y los seguidores de su trayectoria, Omar Carrero falleció el 12 de septiembre de 2012 a los 63 años de edad, como consecuencia de insuficiencia hepática. En ese momento laboraba como entrenador en Brasil.

   Sus estadísticas lo sitúan sin duda alguna en el grupo de grandes lanzadores cubanos.

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