Por Álex Fernández Fernández
A Raico Santos van a tener que mandarle una señal de humo que le oriente, o un psicólogo para comprender por qué él fue el elegido para abandonar la nómina de los Olmecas de Tabasco, aunque según declarase él mismo a Team-QBA Deportes, el asunto tal vez podría solucionarse.
«Quiero que sepa la afición que el equipo no me ha abandonado», dijo al periodista cubano Héctor Villar.
En el espacio Canal Habana Deportes el jugador granmense se mostró casi impávido.
«Primeramente me sorprendí, me sentí un poco incómodo porque uno viene aquí a jugar béisbol. Me sentía bien, porque gracias a Dios había hecho el trabajo».
¡Y miren si lo hacía bien! Un vistazo a las estadísticas nos dice que la verdad no había motivo para excluirlo de la lista de un máximo de siete jugadores extranjeros que permite la Liga azteca a cada franquicia.
Presentaba promedio de bateo por encima de los .310 en poco más de 60 partidos. Era el cuarto en anotadas con 36, tercero en el número de imparables con 72, ademas de 16 dobletes (líder), un jonrón y 26 impulsadas, sexto en este departamento en el equipo.
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Además, 12 bases robadas en 16 intentos, el segundo que más y mejor lo hacía en los Olmecas. Plato especial de la casa este acápite de juego.
Mientras Raico busca respuestas se muestra agradecido por la oportunidad profesional y aseguró al propio Villar:
«La esperanza es lo último que se pierde, quiero que sepa la afición que el equipo no me ha abandonado, ellos solamente hicieron ese movimiento, se me sigue pagando el salario y dándome todas las atenciones al igual que al principio. Estoy con el equipo viajando, los acompaño en el dugout y el clubhouse. Todo está bien, al principio como te dije me sentía un poco incómodo pero ya lo que me toca ahora es seguir entrenando y quién sabe lo que viene».