En 2020 podrían romperse récords cubanos en promedios en Grandes Ligas

Por Juan Páez

La temporada 2020 del béisbol de las Grandes Ligas tendrá apenas 60 juegos, un hecho sin precedentes, debido a la pandemia del COVID-19. Este receso ha permitido que muchos jugadores lesionados se recuperen y que la mayoría esté ansiosa por volver a los diamantes, mientras que la corta duración de la campaña da a pensar que se verá una zafra monstruosa en cuanto a promedios. ¿Será este año cuando las frecuencias cubanas entren en serio peligro?

Cuba tiene el talento para pensar que así podrá ser, aunque igual no será fácil. Por ejemplo, todos apuntarán al .339 de average que impuso Tony González en 1967 con los Filis de Filadelfia, el promedio más alto en un año para cualquier antillano en la historia entre todos los que han calificado para el título de bateo.

En 2020, habrá casos interesantes para imaginar que un compatriota pueda desplazar a González. Uno de esos es Yordan Álvarez entrará a su segunda temporada en las Mayores, luego de ganar de manera unánime el premio al Novato del Año de la Liga Americana. De hecho, en sus primeros 60 juegos en 2019, registró .329, apenas 10 puntos por debajo de la cifra de Tony.

Otro será Luis Robert, quien debutará en 2020 con los Medias Blancas de Chicago. En su zafra estelar en las Ligas Menores durante el año pasado, terminó con promedio de .328 en 122 desafíos, aunque tendrá el reto de aprobar contra el más desafiante pitcheo de las Grandes Ligas. Un compañero de Robert que podría amenazar con romper el .339, basado en lo que hizo en el torneo anterior, es Yoán Moncada. El tercera base de los patiblancos dio un salto de calidad y finalizó el 2019 con .315 en 559 apariciones al plato.

Pese a que nunca han ligado sobre .300 en los primeros 60 juegos de sus respectivos equipos en ninguna temporada de sus carreras, no hay que desechar a José Abreu ni Yulieski Gurriel. El primero de ellos estará con unos Medias Blancas que tienen grandes expectativas a su alrededor, mientras que Gurriel, siempre coqueteando con los .300, entrará al último año de su contrato con los Astros de Houston.

Como dato de suma importancia es que si las reglas y los patrones permanecen de la misma manera, cada jugador deberá consumir un mínimo de 3.1 apariciones al plato por cada compromiso del club. Es decir que cada pelotero que pretenda ganar el cetro de bateo, deberá pararse en el box en al menos 186 oportunidades en toda la campaña.

Otro promedio que correrá un peligro visible será el tremendo OPS que registró Rafael Palmeiro en 1999 con los Rangers de Texas: 1.050. Tan reciente como 2017, por nombrar un caso, Yonder Alonso exhibió un OPS de 1.030 en 183 apariciones en los primeros 60 enfrentamientos de los Atléticos de Oakland. Será interesante ver lo que puedan hacer, especialmente, Abreu, Álvarez, Robert e incluso Yasmani Grandal.

El pitcheo es otra cosa

En cuanto a los monticulistas, parece que no será lo mismo. El 1.60 de efectividad con el que Luis Tiant terminó la temporada de 1968, con los Indios de Cleveland, luce inalcanzable.

Seguramente su mente, lector, se dirige rápidamente a hombres como Aroldis Chapman o Raisel Iglesias, los cerradores de Yankees de Nueva York y Rojos de Cincinnati, respectivamente. Pero cada uno de ellos, con suerte, lanzará alrededor de 30 entradas, como máximo. Y todo serpentinero que califique al título de efectividad deberá acumular al menos 1.0 episodio por cada encuentro de su conjunto, o sea, 60.0 capítulos en total.

La armada cubana podría no tener ningún abridor con mucha actividad este año. Odrisamer Despaigne ahora lanza en Corea y jóvenes como Ronald Bolaños, Rogelio Armenteros, Adrián Morejón y Michel Báez no tienen un lugar seguro en la rotación de sus respectivas escuadras.

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