Por José Alejandro Rodríguez Zas
El destacado profesor e histórico entrenador de judo cubano, Ronaldo Veitia, viajó en las últimas semanas a Cuba procedente de España, con el objetivo de atender los problemas de salud que ha presentado y que tendrían incluso su vida en riesgo. Esto, debido a una respuesta ofrecida por las autoridades del deporte cubano a la solicitud de ayuda urgente por parte del hijo de Veitía, una de las glorias vivientes de las artes marciales en el orbe.
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«Una vez en Cuba brindaremos el seguimiento de que es merecedor el hombre al que debemos tantas alegrías, realzadas por su sencillez y el compromiso con la patria», se podía leer en una nota publicada por JIT, reproduciendo una información emitida por el INDER.
Sin embargo, según compartió en su perfil de Facebook la popular periodista deportiva Julita Osendi, la situación actual de Veitía no es nada halagüeña ni la atención ofrecida al Héroe del Trabajo de la República de Cuba va siendo la mejor.
Por su importancia, compartimos íntegramente el contenido de la citada publicación de Osendi, a raíz de una conversación sostenida con Adianez, hija menor de Veitía.
Saludos amigos… Saben que he estado al tanto del proceso de recuperación del profesor Ronaldo Veitia pero como hacía días que no me comunicaba con su hija menor, Adianez, desconocía que fue trasladado a su casa del Cotorro hace diez días y no a un centro de rehabilitación como se esperaba.
Según Adianez, el Dr. Pablo, director del Instituto de Medicina Deportiva, se personó en la vivienda para palpar las condiciones que tendría allí el Buda cubano y de esa forma, esa fue la decisión pero me pregunto yo: ¿quién pone en duda que Ronaldo Veitia ha sido de las figuras más emblemáticas del deporte cubano en toda su historia?
Exaltado al Hall de la Fama de la FIJ en Bakú, Azerbaiyán, 2018; 25 medallas olímpicas, 5 de ellas de oro y 10 de plata; 57 preseas en Campeonatos Mundiales: 16 doradas, no son suficientes para, al menos, brindarle una atención más especializada que la que pueden darle en su casa los dos fisioterapeutas del territorio, por muy buena que sea esa atención.
Como he estado divulgando en las redes, el General de sus Guerreras sufrió un accidente neurovascular cuando se encontraba con su hijo mayor en Alicante, España y después de varias semanas de hospitalizado fue trasladado a La Habana tras la imprescindible ayuda del INDER y la embajada cubana en Madrid.
Después de su ingreso en el Hospital Ameijeiras, donde fue muy bien atendido, y manifestaron que Veitia debía hacer rehabilitación simple y que podía ir para la casa, el destacado entrenador sigue sin caminar, no se mueve, apenas come y solo conoce a su hija. Su hermano Roberto vino a verlo y no lo conoció. Mi papá habla muchas incoherencias como que «se me fue la guagua» y otras charlas sin sentido.
No entiendo a qué le llaman rehabilitación simple. Yo no soy de hablar pero quizás piensen que ya él llegó a donde iba o sea, a su final y no han hecho por él lo que él merece»
“La cama con colchón anti- escara y el sillón de ruedas llegaron por intermedio de mi hermano Dieter que habló con una funcionaria del Estado y enseguida estaban en casa; he recibido una ayuda de pañales por parte del INDER del Cotorro pero no dan abasto. Las mismas toallitas húmedas y algún tipo de alimentación fuera muy bien recibido. Mi papá apenas come y si come es puré, gelatina, natillas…¡vaya! como un bebé”
La hija menor de Veitia tiene tres niños pequeños y se asiste para ayudar a su papá de una señora, Rosa, a la que ella remunera porque en eso tampoco ha recibido ayuda alguna.
Sí quiere significar el apoyo del anterior presidente del Poder Popular, Michel; la presidenta Yaima y la delegada del Poder Popular de Santa María del Rosario, Alexis. Vilariño, funcionario del INDER del Cotorro, el judoca Jorge Fizz y otra funcionaria, Cruz, que se ocupa muchísimo.
“Yo soy justa y lo soy con quienes lo merecen. Mira Julita, hoy lo que tiene mi papá en el estómago es yogourt blanco que le pude conseguir y le gustó. Así vivo, lo poco que tengo se lo doy pero como te dije él está comiendo papillas y para eso no hay ayuda”
Los que conocemos a Ronaldo Veitia, los que conocemos a su familia (yo vi nacer a Adianez) sabemos el amor que sentía por su esposa y lo que lo conmovió su fallecimiento pero aún así el Veiti estaba preparando otros tres libros que se añadirían a los seis ya publicados: “La única Lupe del tatami” dedicado a Yurisleydis Lupetei, titular del mundo de Münich 2001; «La diosa del Olimpo» sobre la vida de la estelarísima Idalys Ortiz, campeona olímpica de Londres y «Reflexiones más allá del deporte».
Dios ponga su mano y logre que ese hombre cual gigante se levante de esa cama y nos dé la alegría de volver a verlo sonreír; mientras tanto, al menos, es válido ayudar en todo lo que se pueda a su hija que en estos momentos es su principal sostén.