Por Alexander García
Solo faltaron los Azucareros de Villa Clara de regreso en la postemporada de esta Serie 60 para que los cuatro grandes estuvieran de vuelta, como hace años no ocurre.
Solo faltaron los Azucareros y hubiera sido apoteósico el tramo final pero así y todo, regresaron los Vegueros de Pinar, los Leones de Industriales y las Avispas de Santiago; con ellos, el sabor del playoff es diferente.
Si la pelota hoy puede tomar una ligera bocanada de aire fresco es porque en la postemporada están tres de los cuatro grandes y con ellos todos se ve diferente; todos le quieren ganar y sus fanáticos buscan rescatar glorias pasadas.
Si hay algo que la ha dado vida ahora mismo al alicaído espíritu de la Serie Nacional, es que para la postemporada de la Serie 60 hayan regresado tres de los cuatro grandes de la pelota cubana, Industriales, Santiago de Cuba y Pinar del Río.
En este punto las expectativas aumentan debido a que entre los ocho clasificados estuvieron estos conjuntos históricos del béisbol criollo y su presencia junto a la de potencias emergentes como Las Tunas, Granma y Matanzas, le ponen sazón a cada juego, propiciando que cada criterio conlleve a la más encarnizada de las polémicas.
No hablamos de un regreso cualquiera, pues la clasificación fue peleada por todos, de hecho, los tres equipos clasificaron al final, guapeando cada juego, sin pedir ni regalar nada, amén de las contradicciones derivadas de ese último partido entre Industriales y Pinar.
Con el regreso de estos tres grandes, regresa también ese halo místico que impone la tradición para oxigenar un poco la identidad del pasatiempo nacional.
Al momento de escribir este texto, ya los Vegueros de Pinar del Rio habían ganado su duelo ante los Gallos de Sanctis Spíritus y los Azules de Industriales habían caído en el quinto partido ante los Alazanes de Granma. En ambos casos generando debate, pues por un lado, unos hablaron de que los pinareños jugaron con un equipo mermado y fuera de forma, por otro, el bajón ofensivo de los capitalinos lastró sus opciones de avanzar.
Con estos elencos siempre es así, generan noticias y dan que hablar desde el más mínimo gesto de los directores, un ponche cantado, un mal corrido de bases, como el de Lisbán Correa en el último juego ante los granmenses o un batazo como ese de Alberto Calderón en el noveno inning del primer partido, el mismo que revivió viejas añoranzas en los parciales habaneros.
A la espera de que Santiago retome su duelo ante los tuneros, todo pinta para que en postemporada, al menos estén dos de los históricos peleándole la corona al mejor equipo de los últimos diez años, los Cocodrilos de Matanzas y eso es algo que desde ya genera debate, pues una final entre Matanzas y Pinar, es ahora mismo para chuparse los dedos, ahí esta la Serie 53 para demostrarlo, incluso puede que se de la revancha para los yumurinos, nadie sabe, pero igual la posibilidad por si sola atrapa a los fanáticos.
También pudiera reeditarse otra final entre Pinar y Santiago como sucedió a finales de los 90 y comienzos de los 2000, así como en 2008, cuando fueron los elencos que dominaron a placer el contexto beisbolero de aquel entonces.
Como quiera con estos grandes equipos se reviven sensaciones que habían desaparecido de la perspectiva del aficionado y eso deja un buen sabor.
Otra vez, solo queda esperar y que el terreno dicte sentencia.
Nos vemos a la vuelta.