Vladimir Baños, el juego seis y el eterno retorno

Por Alexander García

Ya han pasado varios días desde que los Vegueros cayeran derrotados en el juego seis de la semifinal y esa historia con el paso del tiempo parece morir ante los matices que impone el contexto actual, pero siempre es bueno volver.

No hablaremos de Nietzsche ni de su famosa tesis de El Eterno Retorno; no, hablaremos de Baños, de Vladimir Baños y la fallida oportunidad que tuvo para hacer historia en la pelota cubana.

Todo se volvió a repetir, las cosas regresaron al mismo punto, un sexto juego de una semifinal, Pinar discutiendo otra vez la posibilidad de ir a pelear el campeonato y él, Vladimir Baños ahí, teniendo el chance de ser protagonista otra vez, pero otra vez falló.

Una y otra vez a Baños se le dan las oportunidades para brillar, la última fue con Industriales, en la Serie 59 cuando Anlgada le dio la pelota en el primer juego ante Camagüey y ya saben, desde el primer inning le pegaron con todo.

Antes, allá por 2017, rumbo al cuarto Clásico Mundial, el pinareño había tenido una especie de renacer con los Tigres de Ciego de Ávila y regresó incluso al equipo Cuba, siendo en aquel entonces la principal figura, pero de pronto, así en un abrir y cerrar de ojos se vuelve a perder, nunca llega a consagrarse del todo.

Hay sextos juegos importantes en la carrera de Vladimir Baños, aquel de la final en la Serie 53, cuando Urquiola lo trae a cerrar ante Matanzas y termina ponchando a Ariel Sánchez o aquel sexto juego jugando de refuerzo para Las Tunas, donde lanza su mejor partido en la postemporada y abre el camino del juego siete ante los Alazanes. De un modo u otro es el eterno retorno, pues este sábado en el juego seis, otra vez ante los Alazanes, ahora con los Vegueros, Baños pudo erigirse como figura, pero no, volvió a quedar por debajo.

Y si bien Baños nunca ha llegado a afianzarse del todo, siempre ha tenido el talento y las condiciones para imponerse; jamás ha sido de los mediáticos, pero ha tenido resultados y actuaciones memorables como para serlo; otra vez, como muchos, cierto halo de mala suerte lo ha rodeado.

 En este punto, quizás radique la mayor contradicción al respecto pues sin dudas hablamos de excelente lanzador que irrumpió por todo lo alto, llegando incluso al equipo Cuba allá por el año 2007 durante la Copa del Mundo celebrada en Taipe de China.

Estimados lectores, hasta cierto punto era mucho pedir, ya con la salida de Frank Luis Medina, la presión aumentaba y Baños no es un hombre sobre el que pueda caer tal responsabilidad, el destino de los Vegueros estaba en manos de Vladimir, el hombre que regreso, vivió su destierro y fue por más, hasta ahí estuvo bien.

Nos vemos a la vuelta.

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