Por José Alejandro Rodríguez Zas
Sin duda alguna, el destacado narrador-comentarista deportivo René Navarro es una de las figuras más importantes del deporte cubano en su historia, no solo por ponerle voz, emoción, sentido y corazón a inolvidables momentos de los atletas cubanos dentro y fuera de la Isla, sino por aportar siempre la opinión critica y constructiva cuando algo no va por buen camino en su ámbito.
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Una vez más, el profesor y experimentado profesional criticó duramente desde su perfil de Facebook todas las indisciplinas que ocurren a diario en la edición 61 de la Serie Nacional de Beisbol, con actitudes de peloteros, directivos y árbitros que distan mucho del buen espectáculo que debe ser el principal evento deportivo de la Mayor de las Antillas.
«En Cuba regresa la indisciplina, el mal comportamiento y las faltas de respecto, ética y desobediencia a los escenarios de nuestra Serie Nacional de Beisbol», comentó Navarro en la citada publicación.
«Esta vez, aunque reconozco un diferente panorama, alerto sobre el daño que provocan a nuestro movimiento deportivo estas irregularidades. Las sanciones o multas, amigos míos, deben ser duras y verdaderamente ejemplarizantes», agregó el experimentado narrador, antes de compartir un escrito que él mismo realizó hace algo más de ocho años (19 de febrero de 2014) sobre el tema, el cual tuvo amplia divulgación en distintos medios de prensa, según confirmó el propio Navarro.
El escrito hacía referencia a los sucesos ocurridos entre los conjuntos de Matanzas y Villa Clara en la postemporada de aquel año, cuando el atleta yumurino Demis Valdés salió del banco a agredir, bate en mano, al derecho villaclareño Freddy Asiel Álvarez, debido a un pelotazo propinado a Victor Víctor Mesa.
No obstante, por la importancia que pueden tener estas palabras, sobre todo con los últimos sucesos ocurrido el pasado domingo entre los equipos de Camagüey y Artemisa, durante y después del juego, al vaciarse las bancas y protagonizar una pelea intensa entre los peloteros de ambos conjuntos, la cual no pudo ser controlada por las autoridades, reproducimos algunos fragmentos de las mismas:
«Resulta cotidiano ya, forma parte del empañado espectáculo que se llama Serie Nacional de Béisbol. Extrañamos la pureza y el saludable ambiente que reinaba antes en la mayoría de los juegos de nuestra pelota, libre de malcriadeces y mediocridades de aquellos que fueron fundadores o continuadores de las más admiradas figuras. Los cambios en el comportamiento de muchos de los jugadores que vemos hoy en nuestros estadios, se parecen bastante al de los inescrupulosos y rechazados personajillos que andan por nuestras calles. Parece que ese mal invadió también nuestros eventos deportivos».
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«No fuimos capaces de frenar en su momento –hace ya algunos años – las primeras manifestaciones indeseables de atletas, entrenadores y hasta del propio público. La prensa no jugó su papel. Poco a poco estas repugnantes conductas se multiplicaron y los hechos más recientes nos demuestran que es en la actualidad una rutina».
«No son únicamente las habituales discusiones por determinada decisión arbitral, una botella lanzada desde las gradas, o los envases del maní arrojados al terreno. NO, ya llegamos hasta la amenaza o agresión física entre los protagonistas. Un sistema y movimiento deportivo que estaba libre de tales anormalidades se presenta ahora con una imagen denigrante»
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«Por cierto, que nuestra prensa deportiva debe ser más atinada y crítica en sus consideraciones, apreciaciones y todo lo que BENEFICIE a un superior andar de lo que hacemos en Cuba. Una buena parte de los que hablan, comentan o escriben no alcanzan a satisfacer lo que desean escuchar o leer las personas con determinados conocimientos y cultura en este país».
«Si abogamos por una revisión de la pelota dentro de la isla y de otras actividades del deporte, debemos modificar también ese lenguaje triunfalista que no conduce a sanar nuestras deficiencias. Para convencer a la gente que PIENSA, primero debemos estar convencidos nosotros, los que pluma en mano o micrófono por delante, tenemos la responsabilidad de contribuir a la mayor educación y cultura de los buenos cubanos».
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