Por Kiara González Escobar/ @KGEscobar91
En distintas ocasiones se ha hablado de que la única opción Cuba para lograr un buen resultado en el próximo Clásico Mundial de Béisbol, es que se logre conformar un equipo que tenga la presencia de peloteros que juegan al más alto nivel y de calidad probada entre los mejores del mundo, incluso en ligas competitivas de México, Venezuela, República Dominicana, etc. Jugadores que, como es sabido, son independientes de la Federación Cubana del deporte.
Pero hay algo que queda claro: no es interés de las autoridades nacionales que esto suceda, y menos si se tiene en cuenta que muchos de esos jugadores abandonaron delegaciones deportivas.
Todavía hoy no ha habido una proyección de Cuba para abrirle la puerta a todos los que tengan nivel para jugar y representar dignamente a nuestro país sin importar la forma en que emigraron.
Eso ha motivado la búsqueda de alternativas que puedan cambiar la situación actual y a plantearse una verdadera posibilidad de aspirar a un mejor resultado.
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Sobre este particular conocimos de las intenciones del popular jugador (querido y odiado a la vez por muchos) Yulieski Gurriel, primera base titular de los Houston Astros, quien en jornadas recientes nos visitó en el Show de SwingCompleto, espacio estelar de nuestro Canal de YouTube.
«Casualmente, en el play off pasado, yo me acerqué a un atleta que igual fue muy bueno también grandes ligas y está ahora trabajando con la Federación y le hice esa propuesta. Llegamos a tener un meeting (reunión) y acordamos hacer una propuesta oficial. Él no la vió descabellada (la idea), el hacer un equipo nosotros aquí como tal», comentó el espirituano.
Acto seguido agregó que «todo el mundo estuvo de acuerdo. Él me dijo que si estaban dispuestos a hacerlo todos los atletas, reunirse y hacer una propuesta oficial a ellos (a la Federación Internacional) y yo le dije que sí, que no había problemas, que estábamos a la espera de eso y es algo que puede ser posible».
No es la primera vez que se trata el tema. En este mismo espacio, con otros invitados como José Abreu, Raisel Iglesias, Guillermo Heredia, Aroldis Chapman, Roenis Elías y otros, se ha comentado al respecto. Y si en algo han coincidido es en que todos juntos pueden hacer la diferencia, presionar a los que tienen que ver con esa decisión y llegar a conseguir lo que evidentemente no se ha podido tras años manifestando su intención de representar a Cuba, si las autoridades de la Isla lo aprobaran.
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El Yuli, quien en el momento de cortar vínculos con la pelota cubana era su principal estrella nos comentó que cree «es la única manera de que el pueblo de Cuba pueda disfrutar de los atletas que están aquí (jugando Grandes Ligas) y que puedan tener un equipo competitivo».
Aprovechó para aclarar que «no digo que los de allá no sean un buen equipo y que no hagan el esfuerzo. Pero bueno…»
No se engañen, que con los recursos humanos que cuenta hoy la Serie Nacional y los principales activos en ligas de nivel -léase Nippon Proffesional League-, bajo el amparo de la Federación, nos quedamos bien cortos para un evento de la envergadura de un Clásico.
«De verdad que de tener la posibilidad de jugar nosotros, sería una gran iniciativa», sentenció Gurriel.
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Pero, ¿este sería un equipo independiente o junto con los peloteros que están en Cuba? Le interrogó Yasel Porto, conductor del espacio, a lo que, el ganador del Guante de Oro la pasada temporada respondió categóricamente que no.
«Sería un equipo separado. No creo que ellos (los que dirigen el béisbol en Cuba) lleguen a un acuerdo con nosotros. Ya eso si está más lejos», agregó.
Ante esta propuesta planteada por el Yuli, Yasel le comentaba que en ese caso habría que tener en cuenta quien lideraría ese conjunto. Digamos, prestar atención a la parte organizativa porque incluso Cuba (la FCB) esta clasificada a ese evento (Clásico) por lo que cabría preguntarse cómo este equipo independiente entraría a jugar, si tendría que buscar una clasificación, etc.
«Como sea, como si tenemos que buscar la clasificación, dondequiera. Nosotros vamos, pero sería buena posibilidad esa», concluyó.
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Ciertamente por el tiempo que queda para la celebración de la quinta edición del Clásico Mundial y la realidad objetiva, parece muy poco probable que haya dos equipos Cuba en ese torneo o que le quiten a la Federación Nacional de la Mayor Isla del Caribe, el derecho a tener su representante por discriminar a esos jugadores que no tienen vínculo oficial con ellos. Atentos aquí: NO estamos haciendo campaña para que esto último suceda.
La manera más probable de ver a Yulieski y a otros cubanos emigrados en el equipo nacional es que las autoridades cubanas accedan a convocarlos si MLB y la Confederación Mundial (WCSB) tomaran cartas en el asunto y presionaran al punto de llegar a un entendimiento, donde por encima de todo prime lo que más conviene a la pelota cubana y a un país del que esos emigrados siguen siendo ciudadanos.
Ya hace algún tiempo parecía que se relajaban tensiones y se darían pasos camino al entendimiento cuando se lanzó la convocatoria para el Preolímpico celebrado en la Florida en julio pasado. Pero una vez más todo fue una cortina de humo. En definitiva, entre las trabas que impone el «infame» proceso de repatriación, así como la distinción entre quien abandonó una delegación oficial o se fue en una lancha o por el aeropuerto legalmente, no se consiguió concretar el sueño del llamado Cuba Unificado. De ahí, la idea de este tipo de alternativas.
Como dijera uno de los seguidores del programa en esa ocasión, Sergio Segón, «Cuba entera lo agradecería». Aunque para muchos pueda sonar demasiado romántico la afición merece la oportunidad de volver a ver juntos a sus mejores peloteros vistiendo la camisa de las cuatro letras, desean un equipo capaz de emular a los otros conjuntos contendientes y ese, por las razones, más que conocidas por todos no puede salir de una competición como la Serie Nacional, que de ser el mayor espectáculo deportivo del país, con una calidad probada y reconocida a nivel mundial, no es más que una vitrina en la que, a veces, se muestra el talento que todavía existe en la isla pero, que está muy lejos de lo que un día fue.