Por Reynaldo Cruz
Al momento de redactar estas líneas, se hablaba de siete peloteros cubanos afiliados a equipos de la MLB o con experiencia en el Show que han dado el sí para unirse al equipo Cuba de la Federación Cubana de Béisbol con vistas al Clásico Mundial de Béisbol de 2023. La decisión, polémica ante los ojos de muchos, sobre todo teniendo en cuenta la postura política agresiva del órgano rector del béisbol en la Isla y el nacimiento de la Asociación de Peloteros Cubanos Profesionales (ACPBP por sus siglas en inglés), no puede dejar de venir acompañada de más interrogantes.
O sea, ¿se podía o no se podía?
Durante más de 16 años, cuando surgió el Clásico Mundial de Béisbol para convertirse en la competencia beisbolera de selecciones nacionales más importante del planeta, las autoridades cubanas han alegado que la razón por la que Cuba era el único equipo que no convocaba a sus peloteros de grandes ligas era porque sencillamente la Major League Baseball no lo permitía.
En 2006, Cuba tuvo en las Grandes Ligas apenas nueve peloteros. Al momento del WBC, uno de ellos, Kendrys Morales, todavía no había hecho su debut de lo que habría sido una carrera BRILLANTE de no ser por las lesiones, mientras que otros como Orlando “El Duque” Hernández y Eli Marrero estaban en el ocaso de sus respectivas carreras y Alay Soler se aprestaba a tener su única participación en el mejor beisbol del mundo. Cuba pudo haber convocado además a “elementos” como Danys Báez, José Ariel Contreras (fresco de su título con los Chicago White Sox), Yuniesky “Riquimbili” Betancourt, Liván Hernández, o Brayan Peña.
No lo hicieron, y sin embargo, los de la Mayor de las Antillas sorprendieron a escuadras cuajadas de estrellas como Puerto Rico y República Dominicana para meterse en la final del Clásico Mundial de Béisbol. Sí, estamos hablando de equipos que tenían jugadores que hoy cuelgan sus placas en Cooperstown como Iván Rodríguez, Pedro Martínez, o David Ortiz, y otros que no deben demorar mucho para hacerlo como Albert Pujols o Adrián Beltré.
Te puede interesar: CONVOCÓ EXTRANJEROS: Japón TOMÓ DECISIÓN inédita para el Clásico 2023 (FUENTES)
Cuba terminó en el segundo puesto sin sus peloteros de grandes ligas, pero habrá que preguntarse qué habría pasado si los hubiesen convocado. ¿Habrían quedado antes en el camino o habían vencido a una maquinaria japonesa que se les antojó indescifrable por varios años? Es demasiado subjetivo hoy preguntarnos qué habría pasado, pero las malas decisiones a la hora de conformar los equipos Cuba han sido sin dudas uno de los fantasmas que más daño ha hecho a la hora de evaluar un resultado adverso.
Para 2009, el número de peloteros cubanos en las mayores había aumentado. Sinceramente, Cuba tenía en aquel momento un conjunto más sólido que en 2006. Tres años antes habían llegado a la final casi de milagro, por suerte y hasta por malas opciones de sus rivales, pero en 2009 eran literalmente lo que en Estados Unidos se conoce como “powerhouse”. Nombres como Yoenis Céspedes, un ya totalmente incontenible en esos torneos Frederich Cepeda, un más experimentado y técnicamente pidiendo más desarrollo Yulieski Gurriel (conocido como Gourriel en aquellos tiempos, no olvidemos eso), más otros que ya brillaban como Alfredo Despaigne y Héctor Olivera, y un lanzador que como hizo Yuli Gurriel en 2006, enamoró a todos los scouts: Aroldis Chapman.
Si usted no es cubano y ha leído hasta ahora, puede preguntarse qué demonios está sucediendo en Cuba que toman tantas malas decisiones. Realmente, en aquel momento, marzo de 2009, Raúl Castro llevaba oficialmente un año como presidente de Cuba, un cargo que, honestamente, heredó al estilo puro de una monarquía. Los “traidores” no eran más que Danys Báez, Yuniesky Betancourt, Bárbaro Cañizares, Alberto Castillo, José Ariel Contreras, Yunel Escobar, Liván Hernández, Michel Hernández, Juan Miguel Miranda, Kendrys Morales, Vladimir Núñez, Brayan Peña, y Alexei Ramírez; y ese tema tenía demasiadas connotaciones políticas—por obra y gracia del gobierno cubano—como para intentar un acercamiento.
Cuatro años después, ya se esperaba que fuese un equipo menos potente, menos competitivo, la cifra de peloteros que abandonaron Cuba entre los dos Clásicos fue atroz, y ya en aquel momento, pese al talento que aún se tenía, habría sido muy positiva la adición de varios jugadores del Show al conjunto cubano. Para ese entonces, Cuba tenía en Grandes Ligas un contingente poderoso, pero sobresalía en el pitcheo, algo que sería en las siguientes competiciones el punto neurálgico de la selección.
Te puede interesar: SE SUMÓ OTRO: Equipo Cuba de la Federación al Clásico 2023 llegó a 7 convocados (FUENTES)
Francisley Bueno, Chapman, Contreras, José Delfín Fernández (sí, el Delfi que no regaló tanta alegría y luego nos rompió el corazón con su muerte), Onelki García (confirmado para este torneo, irónicamente), Yuniesky Maya y Raúl Valdés habrían sido posibles adiciones de peso a un staff de pitcheo que colapsó una y otra vez, sobre todo ante Holanda. Nuevamente, la FCB decidió no convocar a los traidores (no fue hasta finales de ese año que cambió un poco la narrativa en este aspecto) y jugar solamente con peloteros que eran leales al sistema.
Pero la realidad es que muchos de los que eran “leales” al sistema realmente terminaron abandonando el país por diversas vías con posterioridad. Muchos veían el éxito de sus colegas en las mayores y notaban cómo las migajas que recibían del gobierno cubano venían acompañadas del altísimo precio de no tener autonomía alguna para decidir sobre sus propios destinos.
El polémico Víctor Mesa tomó decisiones desastrosas, y otras muy atinadas en el torneo, pero con la materia prima con la que contaba no tenía para llegar mucho más lejos, aunque el equipo sí podía haber tenido más suerte en aquel fatídico encuentro ante Holanda en el Tokyo Dome, cuando Kalian Sams empujó a Andruw Jones con elevado de sacrificio al medio, a manos de… Yasmani Tomás.
En 2017 Cuba pagó todos y cada unos de los desatinos cometidos en once años de competencia, al caer ante el debutante Israel y sufrir una humillación de proporciones catastróficas ante Holanda. Mientras la Federación Cubana de Béisbol se negaba a convocar a peloteros cubanos en grandes ligas, alegando una y otra vez que era la MLB quien no les permitía a los cubanos jugar por su país, en el mejor béisbol del mundo los peloteros de la Isla brillaban de forma espectacular.
Te puede interesar: Pelota en Cuba… Igual a la vida: censurada, amoral y exiliada
De esos peloteros, 19 todavía están activos, no exclusivamente en la MLB, sino en otras ligas del planeta. Entre ellos, ya aparecía Yuli Gurriel y su hermano Lourdes Gurriel Jr. considerados en algún momento “poster boys” de la FCB, pero convertidos desde entonces en los típicos parias tras abandonar el conjunto de Ciego de Ávila en la Serie del Caribe de 2016. El peso de los cubanos en las mayores ya se hacía notar, y comenzaban las presiones de muchas personas respecto a la no convocatoria de los mismos para la cita de marzo.
La gran mayoría de los fanáticos y especialistas tenían el convencimiento de que sin esa presencia no se podía ganar, y el resultado del torneo dejó demostrado que debía hacerse algo si no querían verse sumidos en un desastre que no es hasta hoy que tratan de evitar verdaderamente. Igualmente, y aunque no se puede hablar de manera categórica, no es descabellado pensar que muchos de los jugadores que hoy se niegan hubiesen podido dar el sí de haber sido convocados para la cita de 2017.
Cuatro años después, la pandemia obligó a aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio a 2021, y el Clásico que debía celebrarse en ese año a 2023. En ese tiempo, creció el resentimiento, la Federación Cubana de Béisbol, totalmente sin dirección tras el fallecimiento de Higinio Vélez y Ernesto Reynoso, decidió no convocar a peloteros emigrados que tenían intenciones de jugar por la nación. El resultado, Cuba pasó de ser el único país en participar en todos los partidos por la Medalla de Oro en Juegos Olímpicos a no lograr su clasificación para la justa de marras.
¿Cambios?
Poco después de la designación de Juan Reinaldo Pérez Pardo como Presidente de la Federación Cubana de Béisbol y Comisionado Nacional de Béisbol, unos siete años después de que se decidiera que una sola persona no podía ocupar ambos cargos, comenzó a cambiar el discurso, y comenzó a hablarse muy vagamente de convocar peloteros que no hubiesen traicionado.
Te puede interesar: Asociación de Peloteros SEPARÓ a jugadores que DIERON SÍ a Federación Cubana al Clásico Mundial
Ya para ese momento, el resentimiento era demasiado, muchos jugadores habían visto con dolor cómo sus compañeros eran humillados en 2013 y 2017 sencillamente porque una decisión política les impedía representar a su país. Con el cambio del discurso cayó entonces la máscara, y se demostró que la decisión de que Cuba no contara con sus peloteros para el Clásico Mundial de Béisbol no venía de Estados Unidos ni de la MLB. Otros habían sufrido vejaciones por parte de la oficialidad cubana, que los llamó traidores y puso en duda su carácter y su moral, solo por decidir vivir en otro lugar y usar la única vía disponible que tenían para hacerlo.
En medio de todo eso, muy pocas personas en Cuba—emocionados con la idea de que finalmente podrán ver a algunos de los monstruos de grandes ligas con su equipo—han tomado un momento para cuestionarse porqué si el acuerdo entre Cuba y la MLB no está vigente, los ligamayoristas sí pueden ser convocados para el equipo Cuba.
Entonces no, nunca la MLB puso por escrito que eso era imposible, y la decisión de no convocar no salió de ellos, sino totalmente del gobierno cubano. De que esos peloteros fuesen a recibir permiso o no por parte de sus equipos para jugar en el torneo, eso es otro tema, pero no un tema que hubiese tenido que tomarse como algo personal, pues el Team USA no lleva tampoco lo mejor que tiene, en ocasiones por decisión de los propios peloteros y en otras por estar incluidos en listas de fatiga, recuperándose de lesiones o en busca de contratos. Igualmente, el manager o el gerente general eran los que debían convocar a los jugadores, y ellos decir sí o no.
El deporte NUNCA debió mezclarse con política, y fue precisamente eso lo que hicieron en Cuba. Lo hicieron tantas veces y durante tanto tiempo, que ahora que pretenden hacer creer a todos que no lo hacen, ya han logrado crear un estado de enemistad y rechazo por parte de la comunidad exiliada y un grupo bastante considerable de peloteros que no quieren tener nada que ver con la FCB y que se sienten traicionados por quienes deciden unirse al equipo a estas alturas.
En estos momentos es imposible desligar una cosa de la otra, porque el gobierno cubano, el Inder y las instituciones beisboleras cubanas envenenaron tanto el béisbol con la política, que esta se apoderó del juego de una forma destructiva, y controla prácticamente todas las decisiones que en torno al mismo se toman. Hoy, de manera hipócrita y ahogados en la desesperación, se tragan su falso orgullo y sus supuestos principios y reciben con bombos y platillos a quienes en algún momento prohibieron poner por la televisión… y a algunos peloteros y fanáticos les es imposible olvidarse de eso.
Te puede interesar: OFICIAL: Peloteros cubanos que SE PERDERÁN el Clásico Mundial 2023
El tema tendrá muchas aristas, y a medida que pasen las semanas habrá muchas más sorpresas. Otros nombres que posiblemente ni sospechemos se unan al equipo Cuba, y no puede descartarse que algunos de los que ya figuran como convocados y “peloteros del sí” cambien de opinión antes del torneo.
Lo que se debió hacer…
Debieron hacerse muchas cosas. El destino del béisbol cubano estuvo siendo trazado por demasiado tiempo por personas a quienes les interesaba más lo que podían lograr a través del béisbol que el béisbol mismo. Fueron muchos años de férreo control gubernamental directo sobre este deporte, en el que muchas veces la decisión de quién era el lanzador abridor salía de La Habana mientras se estaba jugando en Puerto Rico o en San Diego. En ocasiones salió bien, y se dijo, en otras fue un desastre y el manager de turno pagó los platos rotos.
Primero, Cuba debió permitir verdadera autonomía a su federación y a sus directivos. Debió permitir que se tomaran decisiones completamente aisladas de la política y que se enfocaran solamente en el plano deportivo. Igualmente, debieron eliminar el término de “desertores” o “traidores” para referirse a los peloteros que se iban, a quienes, de manera conveniente, comenzaron a llamar “víctimas de las circunstancias” cuando empezaron las negociaciones con MLB.
Segundo, MLB debió haber presionado a la FCB, no en 2006 y 2009 cuando los torneos eran incipientes y la presencia cubana en el Show no era tan preponderante, sino para 2013, para que reconociera que ERAN ELLOS quienes decidían no convocar a los peloteros cubanos de MLB. En aquel momento, la presencia cubana en el Show era categórica, y la debacle en la segunda ronda contra Holanda fue tal vez un llamado de alerta que Higinio Vélez y compañía se rehusaron a escuchar… o tal vez quisieron escuchar y no los dejaron.
Tercero, ya estamos en el hoy… ya no se hicieron ninguna de las dos cosas anteriores. Ya la ACPBP comenzó a operar y a crear presión de verdad sobre la FCB. Ya estaban dejando claro que no era decisión de la MLB ni de los peloteros que Cuba no convocara a los suyos. Entonces, ¿pretenden hacer borrón y cuenta nueva? No. Imposible. No después de tanto. La FCB en verdad TENÍA que pedir disculpas públicamente a los peloteros cubanos que jugaron en las grandes ligas después de 1960 por AÑOS de silencio, críticas, ofensas, y otras cosas que no vale la pena mencionar. Igualmente TENÍA que lanzar una convocatoria abierta, no discriminar a los jugadores por su posición política o la forma en que abandonaron el país.
Te puede interesar: Asociación de Peloteros SEPARÓ a jugadores que DIERON SÍ a Federación Cubana al Clásico Mundial
Tal vez, entonces, la reacción habría sido otra, pues rectificar es de sabios, pero lo que no es muy sensato es hacer daño y luego intentar empezar de cero, y hasta ofenderse y criticar porque el resultado de tales acciones no fue el esperado. Sin ponerse en la piel del otro, sin hacer una pausa para analizar que hay cosas, errores, transgresiones, que no pueden borrarse sin haberse acercado a la parte afectada de una manera humilde y dispuestos a escuchar.
Entonces… sí se podía, se puede y se podrá. Lo que cambió fue que quien no quiso ahora quiere, y quien en algún momento estuvo dispuesto, hoy se siente ofendido ante quienes lo están.