Por Jesús Alaín Fernández/@JesusLCA2017
Blake Treinen no pudo hacerse justicia y a la altura de la octava entrada, en una situación de alta tensión diseñada para él, permitió el jonrón que puso a ganar a los Rockies de Colorado ante Los Ángeles Dodgers, por tres carreras a dos. El Coors Field apagó sus luces justo cuando Cody Bellinger se ponchó por segunda ocasión en la noche y cedió el out 27 del partido.
¿Es justo anotar la derrota a Treinen? ¿Se debe pedir más a un bullpen que permite solamente tres anotaciones en dos partidos? ¿O los Dodgers, más temprano que tarde, deben mirar hacia otro lado?.
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Las claves para entender el resultado las analizamos aquí.
El equipo de Andrew Friedman ha conectado 15 imparables en los dos primeros encuentros de la temporada. En el juego inaugural, cinco de los ocho hits cayeron en la entrada en que se anotaron las cinco carreras. En el segundo partido, cuatro de los siete fueron en la octava entrada, y otro reservado para el jonrón de Austin Barnes en la tercera. Sacando cuentas, solo se han pegado cinco hits en los 15 capítulos en que no se ha producido carrera.
Antes de seguir, cuando un jugador como Barnes rompe el pronóstico me llegan dos sentimientos. El primero, ¡qué clase de equipo en el que quien menos lo espera abre el libro de jonrones de la temporada! El segundo, ¿dónde están y que vienen haciendo los que tienen como trabajo llenar ese libro?
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Igual, si vamos sobre la misma cuerda, todas las entradas con carreras de los Dodgers han sido iniciadas por la “tanda baja” del equipo. Del primer bateador al sexto, 50-10 para .180 de promedio y 16 ponches con tres anotadas y tres RBIs. Entre séptimo y noveno, teniendo en cuenta que allí está Cody Bellinger que ha sido nulo, de 20-6 para .300 con cuatro anotadas y tres RBIs igualmente.
Lo mejor de la ofensiva hasta ahora, Gavin Lux. Más allá de los dos imparables conectados y las cuatro carreras en las que ha participado, ya sea corriendo o bateando, ha dejado las mejores sensaciones en el cajón de bateo. Ha visto 33 picheos en siete turnos (4.71 por turno al bate) y en ninguna ocasión luego de once swines realizados ha abanicado la brisa. Para rematar, de cinco bolas puestas en juego dos han salido a más de 100 mph.
En la otra esquina se encuentra el hoy intermedista Max Muncy. De 35 (3.88 por turno al bate) picheos que ha visto, 14 se han convertido en strikes sin la sobra del intento de llevarlos a batazo. Tres ponches y un solo hit evidencian que Muncy no está en su modo acostumbrado y aun no aclimata la vista a la zona de bateo para no perder oportunidades de conectar.
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Luego Cody Bellinger. 26 picheos en ocho turnos (3.25 por turno) pero en su caso, discriminando bien la zona y haciendo contactos en la proporción razonable. Su problema, la contundencia del golpeo.
En una sola ocasión ha impulsado la bola a más de 95 mph (96.5) pero recordemos que fue con un ángulo de 54 grados que resultó en fly corto al jardín central. Quizás forme parte de la estrategia de recuperación después de la cantidad de ponchados de la primavera, pero el equipo necesita victorias y para eso, carreras.
De lo mejor de la noche, el grito a viva voz de Justin Turner sobre sus días como bateador designado. La jugada que realizó sobre el dogout de su propio equipo es desde ya candidata a lo mejor de la temporada y una declaración de que sus intenciones son las de participar activamente en la defensiva del conjunto.
El picheo azul, cumplidor. Tony Gonsolin lanzó por tres entradas con 62 lanzamientos, permitió cinco imparables, dio una base y propinó tres ponches consecutivos a fuerza de splitter. El 37% de estos lanzamientos se convierten en strikes, mientras que la slider aún necesita trabajo y depuración.
Tyler Anderson dio una nota bien positiva. La carrera que permitió tuvo una buena cuota de responsabilidad de Muncy al perder un lance fácil que aunque no fuera doble play si retiraba al corredor adelantado. Empleó 59 lanzamientos en cuatro entradas completas en las que permitió dos hits y ponchó a cuatro bateadores. Su CSW (porciento de swines fallados o strikes cantados) fue del 31% (más de 30 ya es bueno) logrando el 44% con la recta (90-92 mph) y muy parejo (27-29%) con el cutter, cambio y sinker.
A Treinen (18 picheos y el 39% de CSW, a mejorar el cutter que de nueve empleados solo dos fueron efectivos y uno se sacó la lotería) le tocó perder y permitir el batazo decisivo, pero allí donde empecé termino, ¿es verdaderamente la responsabilidad del picheo la derrota?
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