SECRETOS y MISTERIOS del único Cy Young cubano

Jesús Pérez Vichot (Chuchi)

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Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi) El legendario pitcher zurdo Mike Cuéllar no solo era una estrella desde el montículo: detrás de sus éxitos como lanzador existían varias supersticiones que se fueron desenmascarando al cursar del tiempo. Su apodo de “Crazy Horse” (Caballo Loco) le venía bien justo a su personalidad. Quizás una de las anécdotas…

Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi)

El legendario pitcher zurdo Mike Cuéllar no solo era una estrella desde el montículo: detrás de sus éxitos como lanzador existían varias supersticiones que se fueron desenmascarando al cursar del tiempo. Su apodo de “Crazy Horse” (Caballo Loco) le venía bien justo a su personalidad.

Quizás una de las anécdotas más conocidas del cubano con relación a sus supersticiones era la creencia espiritual que tenía hacia su gorra. Cuéllar en cada juego que intervenía usaba la misma gorra, pero en una oportunidad mientras lanzaba para los Orioles la olvidó antes de comenzar una serie. Por lo que pidió que se la enviaran a Milwaukee, lugar donde enfrentaría al equipo de esta ciudad, los Brewers.

Earl Weaver, el polémico manager que dirigía a Cuéllar, en una ocasión le contó al Baltimore Sun que tuvieron que llamar al trabajador del clubhouse en Baltimore para que este enviara la gorra por correo aéreo. Sin embargo, al llegar la gorra a Milwaukee y entregársela al cubano, el mismo se percató que esa no era la gorra de lanzar en los juegos oficiales, sino la que usaba en las prácticas. Cuéllar se rehusó a lanzar, ganándose en ese mismo instante el ya mencionado apodo de «Caballo Loco».

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Cuéllar siempre que lanzaba, tenía la costumbre de fumarse un cigarro mientras su equipo bateaba. Cada vez que un bateador de Baltimore era out, el cubano arrojaba el cigarro. Tampoco salía hacia la lomita si el receptor en turno no se había puesto antes las rodilleras. Al salir caminando hacia el montículo no pisaba la raya de cal.

En una ocasión, Alex Johnson, un jugador de los Cleveland Indians, logró el tercer out de la entrada y caminó encima de Cuéllar que se acercaba al box, arrojándole la esférica, pero el cubano se rehusó a cogerla, entonces el cargabates de los Indians agarró la pelota y se la volvió a lanzar a Cuéllar, pero este nuevamente eludió la bola.

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Durante las giras del conjunto de Baltimore, el estelar zurdo cubano usaba un traje de color azul, lo interesante es que para Cuéllar no solo se trataba de un traje, sino que tenía que ser azul. Otra de sus costumbres inviolables era la de cenar comida china la noche anterior a ver acción.

Desde que Cuéllar llegó a Baltimore prefirió al receptor Clay Dalrymple (reserva) para que le recibiera en el calentamiento antes de comenzar el juego. También usó a otro catcher, Elrod Hendricks, para que estuviera parado con un bate en home mientras él terminaba su calentamiento. Cuando Dalrymple se retiró finalmente en 1971, el cubano buscó una solución rápida, el coach del equipo, Jim Frey, comenzó a servirle como receptor antes de cada encuentro.

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De 1969 a 1974, Cuéllar fue considerado por muchos el mejor lanzador zurdo de la Liga Americana. Lapso en el que logró ganar 20 o más partidos en cuatro ocasiones. En su carrera de 15 años en Las Mayores, registró marca de 185-130, con efectividad de 3.14. Fue 4 veces All-Star y ganó el título de la Serie Mundial en 1970 con los Orioles. El ganador del premio Cy Young en 1969, falleció el 2 de abril de 2010 en Orlando, Florida, a la edad de 72 años, producto de un cáncer de estómago.

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