Serpiente OBLIGÓ a pelotero cubano a abandonar terreno y COSTÓ JUEGO en importante liga

Por Yasel Porto

Así mismo como lo leyó usted en el titular. Sin exageración alguna y con una mezcla de espanto, indignación y al final hasta un poco de humor por lo acontecido en este suceso.

No ha sido la única vez que animales han interferido en el juego de béisbol. Muy conocidos son los sucesos con abejas en Estados Unidos que ha obligado a suspender. Incontables veces perros y gatos han invadido el campo y ha sido necesario parar la acción temporalmente hasta que estos lo han abandonado voluntariamente o con la intervención de alguien.

Pero una serpiente en un terreno, y sobre todo, interfiriendo en una acción que resultó determinando en un juego de primer nivel por la liga a la que pertenecía, era algo bastante poco común.

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El hecho casi increíble se produjo en la liga de verano de México con dos cubanos como protagonistas, especialmente el que cubría el jardín izquierdo y que de momento se convirtió en el gran villano para sus compañeros y los fanáticos del equipo.

Me refiero al jugador Jacinto Roque y al exlanzador y manager Adolfo Luque, quienes formaban parte del equipo de Puebla. Estamos en 1946, el año en que éste último debutó como estratega en la pelota profesional mexicana tras la oferta tentadora del famoso magnate Jorge Pasquel.

Era el noveno inning cuando se produjo una conexión peligrosa hacia los jardines que de momento no encontró defensa alguna. Para sorpresa de todos, aquella pelota quedó sin poder ser fildeada porque de momento Roque salió corriendo para el lado opuesto a donde iba dirigido el batazo hasta subirse a las gradas del estadio, una acción que resultó determinante para la victoria rival.

Cuando el jugador llegó al banco fue requerido por Luque como es lógico, y si alguno de ustedes conoce un poco de historia ya puede imaginarse cómo estaba aquel manager en función del carácter bien colérico que lo caracterizó toda su vida.

Sin embargo, el conocido popularmente como “Papá Montero” tuvo que convertir su disgusto en sonrisa al enterarse que la causa de aquel acto súbito y muy loco a la vista de todos tenía como causa única la presencia de una culebra negra alrededor de la zona donde estaba el jardinero cubano. Jacinto lo único que le decía era: “Adolfo la culebra, Adolfo la culebra”.

“Battling Siki” como lo apodaban, rechazaba a este tipo de reptiles como muchos humanos que no estamos acostumbrado a lidiar con ellos. Y a eso había que sumarle que era un hombre vinculado al sincretismo religioso y muy supersticioso.

Si bien no fue un pelotero que destacó sobremanera en su etapa de esplendor, que fueron aquellos años cuarenta, tuvo su popularidad entre la fanaticada cubana y mexicana. Y de más está decir que la historia con la serpiente lo marcó para toda la vida, al punto que mientras jugó béisbol era motivo de bonche constante en los equipos donde participó.

De la historia se ha referido en varias ocasiones el prestigioso historiador y escritor pinareño Juan Martínez Osaba y Goenaga tras encontrar el referido pasaje en publicaciones de la época.

Jacinto Roque, quien nació en 1912 en La Habana, jugó en el béisbol profesional mexicano entre 1938 y 1946 con promedios por encima de 300 casi todo el tiempo. En 1943 tuvo su mejor campaña al conectar 12 jonrones con 56 remolques y average de 309.

Prácticamente cada año vistió un uniforme diferente y al término de su estancia allí había jugado con Águila de Veracruz, Dorados de Chihuahua, Ángeles de Puebla, Industriales de Monterrey, Algodoneros de Torreón y Tuneros San Luis de Potosí.

En la liga principal de Cuba jugó por un buen tiempo al estar en doce temporadas del circuito caribeño más fuerte de aquellos tiempos. También tuvo participación en las llamadas Ligas Negras de Estados Unidos entre 1928 y 1932 con los Cuban Stars.

Existe otra historia en México con Roque, también con su toque de humor y sarcasmo. El juego estaba empatado y a la altura del noveno inning con él en turno, el manager le dice “arriba mi negro», con un tubey tuyo ganamos» y así le repitió varias veces. El cubano lo miraba desde el plato y de repente salió un batazo duro pero llegó hasta segunda con el mismo. Su director le gritó «sigue» y Jacinto respondió: «un tubey nada más, mi negro».

Según recoge la historia hubo un primer suceso con un serpiente como protagonista aunque sin el dramatismo de lo contado anteriormente.

El 13 de mayo de 2018, en el Nelson Wolff Municipal Stadium de San Antonio, Texas, jugaban San Antonio y Frisco dentro de la Doble A, cuando el reptil intruso provocó que se detuviera el duelo tras rondar por la zona del jardín central.

«Escuché que de las tribunas gritaban que había una serpiente, pero la verdad pensé que era una broma. Después que cayó el out y que seguían gritando, decidí voltear a ver y fue que vi que sí era cierto», explicó en ese momento Michael Getty, jardinero de los Missions. 

El personal de mantenimiento del estadio calculó que el tamaño del reptil era de metro y medio, y que era la primera vez que veían algo así dentro del campo. Finalmente la sacaron y todo regresó a la normalidad.

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