Menos de 20 días restan para que inicie el principal evento deportivo de Cuba, la Serie Nacional de Béisbol No 63. Por estas fechas, directivos del deporte en la nación caribeña recorren los principales parques beisboleros, dando el visto bueno para comenzar la Temporada. Uno que luce sus peores condiciones en años es el 5 de Septiembre en Cienfuegos.
En videos y fotos compartidas en redes sociales por la seguidora del Equipo de Béisbol Elefantes de Cienfuegos, Yady Figueredo, se deja ver que el césped del estadio está muy mal cuidado. Las zonas más afectadas son en los laterales hacia primera y tercera base, así como alrededor del home, donde la hierba adquiere casi el mismo color que la arcilla. Además, se deja ver que no ha habido un mantenimiento adecuado de la zona del diamante, donde se desarrolla un gran porcentaje de las jugadas en este deporte.
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Directivos del estadio achacan la situación a una plaga que afecta el césped, que ya una vez también sufrieron sus impactos y se pudo resolver la situación. Lo cierto es que esta ocasión no se ha hecho el seguimiento debido, ni se ha enfrentado a tiempo tal fenómeno. En el lugar ya se han personado representantes de sanidad, pero no hay solución a corto plazo. A esto súmele que la zona donde está el estadio, posee problemas con el abasto de agua. Algo nada raro en gran parte de Cuba.
El Coloso de Bonneval ya no es lo que era en el Béisbol de Cuba
El Estadio 5 de Septiembre se ha caracterizado durante muchos años por ser uno de los más vistosos y engalanados de Cuba. A pesar de todas las dificultades que atraviesa el béisbol nacional, siempre se las había agenciado para permanecer reluciente. Lo cierto es que en los últimos tiempos ha decaído mucho en cuanto a confort, calidad y atención por parte de quienes deben mantener esos detalles.
Goteras en casi todo el techo, gradas sin pintar, deficiente sistema sanitario y ahora un césped atacado por plagas, hacen deslucir al Coloso de Bonneval que de Coloso hoy solo le queda el nombre. Estos son algunos de los elementos, entre otros tantos, por los que los peloteros se sienten desmotivados. Así mismo, los aficionados dejan de asistir a los juegos, porque pierde calidad el evento y gana en dejadez y desidia.
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La novela del béisbol en Cuba seguirá mientras no se permita que la gestión de eventos, estadios, uniformes y demás elementos sea llevado por entidades privadas. Mientras la directiva tanto nacional, como territorial siga haciéndose de la vista gorda y los recursos no se utilicen donde realmente se necesitan, el deporte nacional seguirá en picada, sin un fondo donde caer.
